Y Resulta que un nuevo peronismo surge, porque claro, aunque Dady Brieva no lo entienda, parece que en los tiempos que corren, es necesario ponerse buena pilcha, sacar la mejor sonrisa posible, y construir un peronismo capaz de quedar bien con dios y con el diablo.
Por Jesús Marcelo Delise jmdjesusmarcelo@gmail.com
Para lograr ese nuevo peronismo, es necesario jugar a las escondidillas, sacar chapa de misterioso y empeñar un poco de doctrina, no tanto, la suficiente como para que los impíos sean perdonados y comiesen a ocupar algunos cargo de turno y así no perder la costumbre, después de todo, siempre hubo algún gorila o traidor infiltrado en lo más profundo del partido.
Existió un tal Wado que pudo ser y un tal Manzur que fue a negociar su segundo puesto ante la jefa y claro, los medios se alborotaron por la primicia mientras que la mismísima oposición, esa que transó con el Baba yaga, confió en su odio a la hora de vivir sus actos de ridiculez, seguramente pensó, llego el pibe bueno y ese tal Manzur, «pan comido»
Lo Cierto es que hasta el día de hoy, nadie sabe si lo de Wado y Manzur fue un tiro por la culata o una jugada maestra donde la Reina y la Torre, Cristina y Massa, fueron parte de una cocina que dio a luz, a un sucesor poco esperado o un dolor de cabeza a futuro, en definitiva, habrá que esperar para ver si el cuento de la rana y el escorpión se repite en esta historia. Por lo que a mí respecta, todo esto no fue más que una estrategia de mutuo acuerdo, para que los de adentro y los de afuera se comiera el sapo sin chistar.
Busquemos estar de acuerdo al menos por un momento. Existió un peronometro o un Cristinometro como ustedes prefieran llamarle, y mientras la rueda de la política rueda ya sin sutileza, reconozcamos que Wado pudo ser algo grande.
El Peronometro o el Cristinometro parece que no mostraba buenos resultados con la fórmula Wado – Mansur y en política, es necesario tener buena cintura si se pretende llegar a lo más alto del poder nacional, así que el sueño Wado no pudo ser y en la cocina, justamente se cocinó por dentro una fórmula para servir en la mesa, una fórmula que tiene el sabor de ganadores y perdedores, aunque la llamen lista de unidad.
Por lo pronto, Sergio Massa con sonrisa de picarón pego un asalto al peronismo y estiró sus dos manitas para tomar la posta de una Cristina que después de haber recibido tantos golpes en el alma con intento de asesinato incluido, decidido dar un paso al costado y decirle no a los reclamos de su candidatura.
Desde la otra vereda, hay un Juan Grabois y déjenme decirles algo, no es cierto que Juan Grabois este enojado, Bueno, tal vez lo esté un poco, o mejor dicho lo suficientes para sentirse estafado y reclamar paritarias, mmmmm no, perdón, pasó y mi confusión es entendible porque en este juego de ponerle la cola al peronismo, todo es demasiado confuso
Hay que reconocerle a Daniel Scioli que nunca cambia y es tan así, que no pudo con su genio y apelo a spot publicitarios digno de los 80, incluso hasta nos puso lanchas corriendo alrededor de un par de boyas y un accidente que marcó su vida para siempre, todo eso, mientras Juraba que no se bajaba ni por pedido del Rey Cisneros y fue por más, dejo en claro con mitad firmeza y mitad enojo, su conducta es intachable y nadie merece más que él, un lugar de privilegio en el punto más alto de la política argentina, bueno, no lo dijo textual, pero aun así hay cosas que no hacen falta decirla, conclusión, ya decidido a demostrar que iba en serio, armó un equipo de rechupete con una Tolosa Paz que sabe liberar en los medios, la mejor de las sonrisas y afirmar que a los candidato los elije el pueblo, al menos que la elegida a dedo sea ella.
Al Parecer la Reina, la Torre y el Alfil se reunieron y al ratito nomás, Daniel Scioli bajó su candidatura, los Moyanos aparentemente se quedaron sin nada, Nito Artaza otro integrante del armado de Scioli, humorista con largo recorrido en la política de la mano del radicalismo como senador y diputado nacional, se quedó cómodo con una candidatura en Caba, mientras que Tolosa Paz, bueno, ya veremos.
Los Moyanos también fueron un símbolo del entramado confuso, uno se afirmó en el Sciolismo o el Alvertismo según como se lo mira, el otro, se puso del otro lado de la barra y le sacudió las miguita a un Wado de Pedro que estaba convencido, los hijos de la sociedad diezmada, inevitablemente tendría una oportunidad.
Todo se redujo a un acto de magia, porque les juro, Cristina reunida con Alberto Fernández fue un acto de magia, o más bien un milagro que puso a Massa en un lugar de privilegio, aunque algunos dice que la relación Cristina Massa, viene de larga data, en definitiva, vasto para que el elegido hoy sea el candidato que según algunos, les puede dar el triunfo a unidos por la Patria.
Massa ya parado con chapa presidenciable junto a un Rossi que si a mí me preguntan, ligo gracias a otro milagro, el de un Alberto Fernández que sin darse cuenta y por descuido del kirchnerismo, pudo sacar un conejo de la galera, o mejor dicho, un chivo.
Algunos dicen que Sergio Massa es el político de su generación con el cuero más duro, el que más sapos se tragó, el que le puso el cuerpo a situaciones imposibles. Yo le agregaría, el más adepto a las embajadas de EE.UU, el más consentidor a la hora de levantar a mano para que el Macrismo consiguiera sus leyes en la cámara baja, pero tranquilos, en política, algunos pecados caducan con solo abrir y cerrar un ojo.
Posiblemente Cristina entendió que se estaba cometiendo un sacrilegio a la hora de armar una fórmula que ponían a muchos referentes políticos con el cuchillo en la boca y corrigió el grave error que había cometido, la fórmula Wado-Manzur dejaba más penas que gloria y llevaba a unión por la patria a una interna de final incierto contra Scioli, mientras que Alberto alguna vez elegido por Cistina para llevar el destino de esta nación, ponía al Gobierno en riesgo de crac y colocaba al peronismo a una derrota histórica.
Este redactor no podría afirmar si Cristina como Ordenadora hizo exactamente lo que tenía que hacer: negoció con Alberto, bajó a Wado, subió a Massa y ordenó las listas.
Ahora, no se puede negar que Juntos sintió el impacto y Larreta hoy más incómodo que nunca, deberá lidiar con una Bulrrich cada vez más desafiante mientras del otro lado, hay un Massa que lo está esperando con los colmillos afilados. Después de todo, parece que nadie mejor que el Massismo para morder los votos del centro y peor aún. Puede levantar el alambrado y abraza radicales, partidos provinciales, liberales etc.
Muchos creen que Massa siempre fue la bestia negra para Cambiemos, hasta se atrevieron a ponerle la etiqueta de peronista, que es como decir que es peor, pero también mejor, o si se quiere, más peligroso.
Ahora, como candidato Massa tiene que trabajar 24 horas para ganar un lugar en la historia y si en esa historia incluye haber dejado en ridículo a cambiemos, la cosa se pondrá un tanto interesante.
En la era del peronismo 2023 como ya dije, todo parece confuso y es evidente que nada es lo que parece. El peronometro o el Cristinometro desafío las posibilidades y llego a la conclusión más deseada para algunos y con sabor amargo para otros, Massa tiene que ser el elegido y su coronación como candidato seguirá los mismo carriles tortuoso que los que lo llevó al Ministerio de Economía, todo parece calcado.
Primero Cristina lo dejó en la puerta, mascullando en silencio. El empujó y logró meterse. Pasó entonces y pasó ahora. Porque de lo que se trata es del parto de un nuevo liderazgo en el peronismo.
Es cierto, estas tres líneas fueron plagio, las leí en una editorial más inteligente que la mía y claro, no resistí, vi que quedaba bien y la incluí en mi redacción «El que Avisa no engaña»
Hay que reconocer que Cristina siempre cumple y a pesar del cántico que tan afinado salía de las grada «Cristina presidenta» Cristina se corrió en serio, y como leí en alguna editorial, hoy estoy muy copión, No puso un títere, aceptó un político voraz Como ella.
Por su parte, el recorrido de Massa es para estudio en toda las universidades de ciencias política, su plan realmente da miedo.
Llegó a la Cámara de Diputados, y desde ese sillón puso su impronta mientras busco de mil maneras ser jefe de Gabinete, fracaso, pero quizás era así como tenía que ser el resultado. Todo era cuestión de tiempo, las cartas estaban echadas y la crisis económica estallaría debido a que todo estaba patas para arriba. Fue así como llegó un cargo para el que muchos creían que no estaba preparado y lo cierto es que se volvió indispensable.
Con los resortes del Ministerio de Economía ampliados, expandió sus alianzas. Tejió y tejió y tejió y claro, en los últimos cien metros fue letal.
En el kirchnerismo hay muchos enojados y los seguirán estando hasta que entienda que ya nada pueden hacer, después de todo, dice la frase, el que se enoja pierde
Wado pudo ser y no fue, pero es joven y tiene un futuro sin techo y eso mis queridos amigos, no es poca cosa.
Cruzando la vereda, está Larreta o Patricia Bullrich esperando, pero claro, esa historia la contaremos más adelante.
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