El acuerdo de convivencia que Karina Milei y Mauricio Macri sellaron en estrictisimo hermetismo no tiene cláusulas de control para el poder que ejerce sin titubear la hermana menor del presidente. La secretaria general no sólo logró imponer sin condicionamientos la absoluta desaparición de toda referencia del PRO en la boleta y el nombre de la coalición que unió a las dos fuerzas -se llamará Alianza La Libertad Avanza-, sino que además se guardó para sí la potestad de elegir quién integrará la nómina de candidatos en la Ciudad, con énfasis en aquellos que aún insisten con vestirse de amarillo.

Para El Jefe, ama y señora de la lapicera libertaria, la configuración del nuevo Congreso deberá gestarse sólo con aquellos que expongan sin medias tintas su devoción inclaudicable con Javier Milei y su modelo político. Después de padecer por casi dos años un palacio flaco en nombres propios, la hermanísima entiende que es momento de entregarle al primer mandatario un conjunto de leales que velen por sus intereses en las cámaras donde, pese a tener una buena performance en octubre, LLA seguirá siendo una simple minoría ruidosa.

Este fue el mantra que Karina le ordenó a su mano derecha, Pilar Ramírez, para baje en todas las negociaciones que mantuvo con Ezequiel Sabor, el enviado del PRO para cerrar el acuerdo que los amarillos cerraron, a regañadientes, la semana pasada. Para el quinto y sexto lugar, los únicos dos espacios que le fueron cedidos a la fuerza que conduce la Ciudad hace casi dos décadas, la secretaria general puso estrictas condiciones sobre el perfil de nombres que el PRO deberá presentar en las próximas horas.

En concreto, la menor de los Milei hizo saber que no aceptaría bajo ningún término el nombre de Jimena de la Torre. La ex subdirectora de ANSES en el gobierno de Cambiemos es actual consejera de la Magistratura y mantiene un, cuanto menos, tenso vínculo con la Casa Rosada y sus terminales jurídicas. La pelea vía Twitter que la dirigente macrista tuvo meses atrás con el asesor presidencial, Santiago Caputo, es, a esta altura del minué, casi anecdótica. El perfil independentista de la abogada, que en más de una ocasión marcó sus diferencias con los métodos judiciales del gobierno pese a la convivencia que Macri auguraba concretar, colmaron la paciencia de Karina y el gurú libertario.

La ex integrante de la renombrada mesa judicial macrista se convirtió en un hueso duro de roer para el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, en el Consejo de la Magistratura. Además, de la Torre fue una de las figuras que se había pronunciado contra la figura de Ariel Lijo como candidato a integrar la Corte Suprema de Justicia y remarcó con insistencia la necesidad de que el puesto de Elena Highton de Nolasco debía ser ocupado por una mujer y no por Manuel García Mansilla, como pretendían en el Salón Martín Fierro.

Esos antecedentes, y el vínculo estrecho que la abogada mantiene con María Eugenia Talerico, otra de las archienemigas del asesor, fueron razones suficientes para dejar a la ex jefa de despacho de Cristian Ritondo fuera del mapa. «Sus modos de hacer política no condicen con los del gobierno», sintetizaron en Casa Rosada ante la consulta de este medio.

Pese a los trascendidos, en el macrismo deciden no levantar el aguante y advierten que nadie se comunicó desde el gobierno para descartarles el nombre de la ex funcionaria. Sin embargo, en el campamento amarillo admiten la lista de nombres que le llevarán a la hermanísima todavía está en plena preparación y que podría sufrir modificaciones hasta último momento.

El ex presidente tiene particular interés en que Hernán Iglesias Illa y Fernando de Andreis sean quienes ingresen en los recluidos lugares que Karina le dejó al PRO. Macri entiende que ingresar a dos puros en el Congreso le daría una llave más que interesante de cara al 2027, instancia para la que en ninguno de los dos lados de la grieta entre libertarios y republicanos se animan a fantasear un futuro. Mucho menos, unidos.

Otro de los nombres que la secretaria general de la presidencia se encamina a vetar es el del diputado bullrichista, Gerardo Milman. En este punto, los motivos se multiplican. La decisión de quitar del camino a la mano derecha de Patricia Bullrich no sólo es un mensaje interno para la ministra que mayor imagen positiva y empoderamiento propio tiene, cualidades mal vistas en el terreno libertario. Sino que, además, existen versiones sobre un pedido expreso para bajar al ex secretario de Seguridad, cuya figura genera cada vez más rispideces entre los propios.

Si bien Cristian Ritondo, Guillermo Montenegro Diego Santilli ya acordaron que Florencia de Sensi y Alejandro Finocchiaro serán los nombres que propondrán para sumar a las listas nacionales de la Provincia de Buenos Aires, no se descarta que Alejandro Fargosi pueda quedarse con el lugar que estaba previsto para Milman. Por ahora, sigue la rosca.

De nuevo en la Capital, y pese a que su mano derecha está con más que un pie afuera de las listas, lo cierto es que Bullrich, quien será la primera candidata a senadora en la Ciudad, seguirá teniendo influencia en el Congreso. Como contó este medio, en el oficialismo están dispuestos a sumar entre las aspirantes a la diputación a Sabrina Ajmetchet, una de las alumnas ejemplares de esta nueva configuración. La actual legisladora logró hacerse lugar en la repisa del presidente, por eso desde el círculo concéntrico del bullrichismo aspiran a que sea colocada entre los primeros cuatro candidatos que competirán en la Ciudad.

Si bien las negociaciones seguirán hasta la última hora del domingo, fecha límite para inscribir las alianzas nacionales, lo cierto es que la palabra final la tendrá Karina Milei quien, en absoluta concordancia con Santiago Caputo, analizarán caso por caso para evitar filtraciones que puedan ser pagadas con algo más que sólo disgustos en los próximos dos años de gestión.