El país de nunca Jamás seguramente se está transformando en réplica de una argentina de viejos meados y Peter Pan, un choque generacional tan peculiar donde conviven cincuentones y los Peter Pan veinteañeros que surgieron alentados por el crujido de una motosierra más Oraciones cargada de insulto y locuras patológicas.
Por Jesus Marcelo Delise jmdjesusmarcelo@gmail.com
Lo cierto es que los Peter Pan Argentinos son el resultado de hijos con fuertes conocimientos tecnológicos frente a padres que, en mucho de los casos, están desactualizados.
En este país tan peculiar, estos viejos meados dejan un mundo que no invita a crecer y seguramente, las generación de los Peter Pan, no dudo en refugiarse en la isla de Nunca Jamás, mientras los Baby-Boomers navegan culposos en auto indulgencias sin convicciones.
La generación de Peter Pan Argentino que todo lo tiene, son los caídos de una isla, sin hadas y sin pan. Son los que se olvidaron de su historia un poco por los avances tecnológicos que los entierra en una realidad virtual, son los que evaden la realidad aspirando pegamento o fumando paco o pasta base en las esquinas de la ciudad, son los que soñaron con el martillo de Tor o los rallos de Ironman mientras entonan canciones de Los Ángeles Azules o Taylor Swift
Es cierto que la historia crea generaciones y las generaciones crean a la historia que hoy estamos viviendo. Por lo pronto Los Peter pan argentino carecen de Campanitas Y Un Javier Milei Garfio para esta travesura comparativa, ya identificó a un país nunca jamás que corre peligro, ya que se encuentra en manos de peligrosas criaturas (EL Estado) Un enemigo que hay que combatir de manera implacable.
Si bien en el país de James Matthew Barrie Garfio es el villano de turno en el Peter Pan argentino Garfio juega un papel preponderante a tono con el slogan viva la libertad Carajo, mientras los Peter pan corren los riesgo buscando cumplir la profecía y salvar al país del nunca jamás.
A pesar de que el título nunca jamás hace alusión a la lejana isla donde los niños no crecen de la clásica película «Peter Pan», la realidad de Argentina en la actualidad, va tomando forma después de Un Javier Milei triunfante, los personajes de la historieta se van alineando frente a jóvenes eufóricos y viejos meados que hablan de libertad, cometiendo uno de los peores pecados sociales, que es sin lugar a duda, olvidar la historia o mejor dicho nuestra historia.
Los años de terror, de silencio, de autoritarismo Pusieron a la argentina en estado de coma, la democracia sin lugar a duda fue sacándonos de la terapia intensiva para llevarnos a un cuarto intermedio, aun así, es muy dificultoso su tratamiento en los espacios educativos y mucho más dificultoso cuando el negacionismo surgen de las manos de nuevos líderes que no pretenden aborda los Derechos Humanos en diálogo con la memoria sino más bien salvaguardar un salvoconducto para aquellos que utilizaron el estado para construir terror.
En una sociedad fragmentada, a la que paradójicamente se pretende homogeneizar por medio de una extrema exaltación de lo individual, seguramente la búsqueda debería estar orientada a la conformación de tres ejes, donde se puede reconocer en todos los capítulos: los Derechos Humanos con una concepción integral y crítica; la Educación, como campo privilegiado para la formación y la transformación individual y social, y un soporte riguroso de la memoria que se construye colectivamente.
Pero claro, en una sociedad del nunca jamás, vale más el rugir de una motosierra, la descalificación de pensamientos que no son propios, más todas esas intervenciones que implican odio y propuestas que lejos del respeto a las libertades, rosan el libertinaje colectivo.
Los Peter pan están de fiesta, algunos viejos meados pudieron reubicarse, a las campanitas les cortaron las alas y el cocodrilo malo ya se alió con el capitán garfio y prometen una fuerte transformación. Ya lo dijo en alguna oportunidad Mauricio Macri. Tenemos que hacer todo lo que vinimos hacer, pero de una manera más rápida, y hoy, de La mano de Un presidente electo, todo es más que una realidad.
La tierra del nunca jamás ya es una realidad en la argentina y los Peter pan tomaron la iniciativa mientras los viejos meados ya acordaron un lugarcito en el imperio. Ahora solo resta esperar.
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