El recorrido hacia la normalización del abastecimiento de combustible dejó en evidencia problemas de fondo en la dinámica de un sector estratégico con enorme potencial en términos de desarrollo.
Vaca Muerta es la segunda reserva de shale gas y la cuarta de petróleo no convencional. Sin embargo, aún con un pico en el nivel de producción hidrocarburífera, que marcó en septiembre un nuevo récord histórico, faltó combustible en las estaciones de servicio de todo el país.
Para las empresas, a lo largo de la cadena de valor, la distorsión de precios es el origen de todos los problemas. Así se lo advirtieron en una reunión que la industria mantuvo con la secretaria de Energía Flavia Royón hace mas de 15 días. «Los representantes de las petroleras estimaron un atraso en los precios del 40% respecto a los países limítrofes», contó uno de los participantes del encuentro.
El diagnóstico es compartido por el resto de la industria, pero eso no aflojó el enojo del ministro con esa petrolera. «La industria instaló la crisis de desabastecimiento para imponer una negociación por los precios», interpretaron desde el entorno del ministro de Economía.
De hecho Massa hizo explícita su interpretación «PAE, Vista, Tecpetrol prefieren exportar que abastecer el mercado interno», dijo el ministro en una entrevista en LN+.
Fuentes del sector explicaron que no está en sus planes presionar por una actualización de semejante magnitud a dos semanas de las elecciones.
Lo concreto es que la cotización internacional del barril de petróleo transita una tendencia alcista, cotiza en la zona de los USD 90, muy por encima de los USD 50 que se comercializa el «barril criollo» para el mercado interno. Con lo cual, la preferencia exportadora resulta lógica.
Massa ensayo una explicación sobre esa situación: «Lo que tienen que saber los argentinos es que el sector hidrocarburífero transita un récord de producción y exportación, con precios altos producto de los sucesivos conflictos bélicos tanto en Ucrania como en territorio israelí que provocan suba en los precios; mientras que en paralelo los petroleros tiene beneficios impositivos y cambiarios para exportar en mejores condiciones. Pero eso tiene un límite que es abastecer al mercado local», sostuvo en LN+.
Como respuesta, las petroleras deslindaron de responsabilidades y cargaron las tintas contra el segmento del downstream. «Las que están sotckeando son las refinerías. Se guardan el crudo de YPF para no tener que importar mas caro», dijo una fuente de las empresas citadas por el ministro.
Lo que ocurre es que al ser YPF proveedor exclusivo, las refinerías temen quedarse sin petróleo local y es por eso que en lugar de refinar al 100% de la capacidad, se guardan una parte.
Como sea la crisis de combustible dejó en evidencia el juego complejo de un abanico de variables a lo largo de la cadena de producción hidrocarburífera donde la interna en la conducción de YPF no tiene un rol secundario.
Durante los 4 años de gobierno de Alberto Fernández, la disputa entre la conducción política y la línea técnica de la petrolera de bandera impidió definir un rumbo nítido para la compañía que estuvo atravesada por una interna constante.
«Bajo la idea de soberanía energética, YPF vende barato al mercado interno y libera a todas las petroleras para que pueden exportar al doble de lo que nos pagan a nosotros las refinadoras locales», se quejó a LPO una fuente de la compañía de mayoría estatal que lamentó «como empresa, perdemos plata».
Desde la conducción política de YPF explicaron que el desacople de los precios internacionales «es un fundamento del modelo de desarrollo económico que considera a la energía como ventaja relativa ante nuestros competidores».
«Por eso el Estado tiene que garantizar precios accesibles. Los argentinos son los propietarios de un recurso, no tienen porque cargar la volatilidad de la cotización internacional, que además se dispara ante sucesos exógenos como los conflictos bélicos», agregó la fuente.
La línea técnica de YPF, que trata de contemplar los intereses de los accionistas privados que conservan el 49% del paquete de la compañía, es conducida por el CEO, Pablo Iuliano. En el otro rincón del ring, esta La Cámpora junto al santacruceño Pablo Gonzalez, presidente de la empresa.
El kirchnerismo arrastra recelos con Iuliano y sospencha de alguna articulación con Mauricio Macri para alimentar el caos. «El aumento sorpresivo en la madrugada del lunes post electoral, la parada técnica en la refinadora de Ensenada justo ahora y no soltar los dólares para los barcos varado en el puerto, son parte de esa estrategia», afirmó una fuente kirchnerista.
Este es el dificil contexto para lo que sigue: la discusión sobre los precios. «Liberar el precio de los combustibles como propone Milei llevaría a 800 pesos el litro, lo que se va a decidir en balotaje, es si la nafta tiene que valer 800 pesos o 350 como acá en la esquina», afirmó Massa.
El pasado 18 de agosto el gobierno acordó con las petroleras un congelamiento de precios que vence este martes 31 de octubre. Las estaciones de servicio ya rompieron el acuerdo. Las subas promedio de Axion y Shell se ubicaron cerca del 15%. Por su parte YPF aumentó apenas un 3%, con más ruido que nueces.
En medio de esta crisis, lo que decanta es la discusión sobre la corrección de precios que exige el sector en todos los eslabones de la cadena de valor, desde la producción hidrocarburífera hasta el valor en surtidor en tanto desde el gobierno apuntan al nivel de rentabilidad de las empresas.
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