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La Corte Suprema ordenó que la jueza Ana María Figueroa deje su cargo

Los integrantes del máximo tribunal determinaron que la camarista federal debió cesar sus funciones el 9 de agosto, día en que cumplió 75 años. Es el límite que marca la Constitución para el ejercicio de la actividad.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó este miércoles sin funciones a la jueza de la Cámara Federal de Casación Penal Ana María Figueroa, quien el 9 de agosto último cumplió los 75 años, y aún no había conseguido acuerdo del Senado para permanecer en su cargo por cinco años más, tal como lo exige la Constitución Nacional.

La Corte tomó la decisión con la firma de los cuatro jueces, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti. Luego fue notificada al Consejo de la Magistratura de la Nación y a la Cámara Federal de Casación Penal, según surge de la resolución del máximo tribunal.

Los magistrados declararon que la camarista federal «cesó en sus funciones a partir del 9 de agosto» de 2023, cuando cumplió 75 años de edad, límite que marca la Constitución Nacional para el ejercicio de la magistratura.

Además dispusieron, en forma unánime, «poner en conocimiento del Consejo de la Magistratura lo resuelto» para que «adopte las medidas que estime necesarias».

“Declarar que la Dra. Ana María Figueroa cesó en sus funciones a partir del 9 de agosto del corriente año en virtud de lo dispuesto por el artículo 99 inciso 4 tercer párrafo de la Constitución Nacional”, afirma el comunicado. Asimismo resolvió notificar al Consejo de la Magistratura de lo resuelto “a fin de que adopte las medidas que estime necesarias”.

El último intento de Figueroa por mantenerse en el cargo lo había protagonizado este martes, cuando dijo que analizaba pedir una licencia extraordinaria a la Corte Suprema por 30 días, sin goce de sueldo, con la intención de que, en ese tiempo, el Senado le diera un nuevo acuerdo para quedarse en el cargo cinco años más. Pero finalmente nunca pidió esa licencia.

La Corte Suprema, no obstante, tomó un decisión de fondo y cesó en sus funciones a la magistrada. Con la salida de la jueza la Casación queda con tres vacantes permanentes y una temporaria: la de Riggi, la de Catucci y la de Figueroa por un lado, y la de Geminani que se tomó un año por estudios en España. Las vacantes serán cubiertas por sus colegas de manera provisoria y las tres primeras serán cubiertas de manera defintiva cuando concluya el concurso.

Ya se tomaron exámenes a los candidatos, pero y a pesar de los meses que transcurrieron, el escrito del concurso todavía no fue corregido y no se conoce orden de mérito de los candidatos.

Figueroa era vista como una jueza afín al kirchenrismo, denunciante de las “presiones del macrismo” sobre la Justica, y de la presunta persecución contra la vicepresidenta producto del “lawfare”.

La situación de Figueroa se había vuelto insostenible para la mayoría de sus colegas. Figueroa había atravesado la instancia de las entrevistas en la Cámara alta y su continuidad recibió un dictamen favorable de comisión. Pero el oficialismo no reunió los votos para aprobar la extensión y fracasó dos veces en convocar a una sesión.