Fue un maestro comprometido y con una intensa labor gremial. Consternación en la comunidad educativa.
La comunidad educativa de Pilar está consternada ante el fallecimiento de José Antonio Urquijo, histórico docente de Pilar además de referente en el distrito de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB).
Sin embargo, su situación se agravó este viernes por lo que murió cerca del mediodía.
Sus restos serán velados este sábado, de 9 a 12, en Sepelios Carruega (Estanislao López -exruta 8- 1061). Luego, la misa tendrá lugar en el cementerio Parque Recoleta.
Recorrido
Por su larga trayectoria en las aulas y fuera de ellas, José Antonio Urquijo era uno de los docentes y directivos más conocidos de Pilar.
En 2016 se había jubilado como director y profesor “después de 36 años y 8 meses”, como le gustaba indicar con precisión. Sin embargo, como no podía ser de otra forma seguía ligado a la educación en el marco de las Escuelas Municipales.
Nacido en Caucete, provincia de San Juan, su recorrido comenzó como secretario en el Verbo Divino, pasando también por el Consejo Escolar, los gremios SOEME y FEB (en este último como secretario general en Pilar), la Primaria 35 de Peruzzotti, la Escuela Laboral, la 34 de Villa Rosa, la 12 de Zelaya, la Media 5 de Villa Rosa, la Primaria 26 de Pilar y varias más, ya sea como docente o director.
Pero, en su San Juan natal, Urquijo había comenzado en el seminario… aunque al llegar a Pilar descubrió su amor por las aulas casi de casualidad. En una nota con El Diario luego de su jubilación, recordaba: “Jamás pensé en ser docente. Llegué a Pilar para vivir cerca de la Escuela 5, camino a Moreno, donde está la Casa de Nazareth. En el terremoto del ’77 mis padres perdieron todo, vinieron a visitarme y yo era muy amigo de Silvia López Herrero, que me prestó una casa para mi familia frente al Lope de Vega. Yo me fui a Córdoba y cuando dejé el seminario regresé para radicarme acá”.
Contratado como secretario en el Verbo Divino, “noté que la docencia era lo que me llamaba, por eso hice el profesorado en el Instituto 51 y la Universidad de Luján”.
Altruista
Siempre atento y predispuesto a dar una mano, no dudaba en tratar de ayudar a quien fuera: alumno, familiar de algún estudiante, colega… Ese perfil altruista lo llevó a la arena gremial, donde fue un férreo defensor de los docentes, sin tapujos para expresar sus puntos de vista.
No obstante, si algo caracterizaba a José Urquijo era su amabilidad y simpatía. Era difícil verlo mal predispuesto o sin una sonrisa en su rostro.
Por esto, el histórico docente afirmaba que, en sus años como director, “a la entrada y a la salida siempre estaba en la puerta para saludarlos a todos. A la entrada trataba de hacerles algún chiste, alguna frase que los hiciera reír, así ya el chico entraba de otra manera, con una sonrisa. El chico tiene que sentir que lo querés. Decirles ‘gracias’, ‘permiso’, ‘hasta luego’, ‘por favor’… No se pierde el liderazgo por decir esto”.
Asimismo, aseguraba que “los jóvenes no son malos: son muy creativos, son buenos, solo que hay que tener el tiempo para escucharlos y trabajar con ellos. Tienen mucha fuerza, estando todos los días con jóvenes no te sentís viejo”. Aunque avisaba: “Hay que interactuar con ellos, con su mundo, pero sin perder de vista que uno es adulto. No hay que convertirse en uno más”.
Con el fallecimiento de José Antonio Urquijo, la educación de Pilar pierde a uno de sus referentes más respetados y queridos. Además de docente y directivo, un personaje del pueblo que fue querido por todos.
Las innumerables muestras de dolor y cariño que se multiplicaron al conocerse la noticia son una muestra de lo que había cosechado luego de tantos años de siembra.
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