Según un electrocardiograma, el joven tenía actividad cardíaca cuando llegó al hospital, aunque esos signos pueden responder a «medicación y maniobras de reanimación» que se le hicieron a la víctima
Fernando Báez Sosa tenía actividad cardíaca cuando fue ingresado al Hospital de Villa Gesell, según evidencia un electrocardiograma incluido dentro de su historia clínica. Este informe, que indica como horario de su muerte las 6 de la mañana, no fue considerado en el juicio en el que ocho jóvenes fueron condenados por el crimen –cinco a perpetua, tres a 15 años de prisión–. Circula la versión de que ahora quedó incorporado al expediente que, tras las apelaciones, pasó a la Cámara de Casación Penal, algo que fue desmentido por uno de los abogados querellantes, Fabián Améndola, en diálogo con Página/12.
El dato llamó la atención porque contradice la idea de que el joven murió en la calle, de manera instantánea. En efecto, la sentencia marca que murió «segundos después» de las 4.45, en tanto que el documento indica que fue a las 6 en el hospital. Detalla además que a Fernando lo desfibrilaron en ese lugar. Pero esta información que aparece a más de tres años de lo sucedido por supuesto que no es nueva. La fiscalía había pedido incorporar la historia clínica al expediente en el juicio que se desarrolló en enero, según explicó a Página/12 Améndola. Esto sucedió una vez iniciado el debate, cuando la prueba ya había sido incorporada en su totalidad y el período para presentar evidencias había culminado.
Améndola envía a esta cronista dos actas en las cuales se dejó constancia de este intento de la fiscalía, que también buscaba sumar el testimonio de la intensivista Silvia Romero, quien recibió a Fernando en el hospital. Ambos pedidos eran respaldados por la querella. Según consta en el acta, Hugo Tomei, abogado defensor, se negó a que esto ocurriera porque el documento y la testigo se habrían incorporado tarde al expediente. El Tribunal le dio la razón. Consultado acerca de esto, el fiscal Juan Manuel Dávila dijo a este diario: «Nosotros la ofrecimos y se opuso la defensa porque confirmaba las lesiones de Fernando«. Tomei, por su parte, no hace declaraciones a la prensa.
Hay otra versión según la cual fuentes de la causa hablan de un enojo del abogado defensor por ocultamiento de esta prueba por parte de la fiscalía de investigación durante tres años. El mismo Tomei –publican varios medios sin indicar fuente– sería ahora quien pidió que el informe se sumara al expediente. Quedó en el aire, entonces, la inquietud de un posible giro. Pero Améndola aseguró que todo es una movida mediática, que nadie pidió nada, que no hubo movimientos en el expediente. «Han querido plantear la existencia de algún elemento nuevo para contrarrestar los argumentos y pruebas que hablan de las causas del fallecimiento de Fernando. Este elemento no sirve. No fue valorado en el tribunal de origen, tampoco será valorado en Casación. El Tribunal se va a basar en la prueba analizada durante el juicio«, planteó.
Carolina Garibaldi Larrosa, integrante del equipo de emergencias que asistió a la víctima en la madrugada del 18 de enero de 2020, declaró ante el TOC 1 de Dolores que Fernando «no tenía signos vitales» cuando llegaron al lugar del ataque. Diego Duarte, forense que hizo la autopsia, dijo que la muerte había sido «instantánea» por golpes multidireccionales en la cabeza. Al finalizar ambos testimonios, Fernando Burlando, abogado de la querella, expresó: «Especulo que le han pegado incluso estando muerto».
Por otro lado, los peritos de la defensa, Jorge Velich y Juan José Fenoglio, cuestionaron el informe de autopsia de Duarte. Según ellos no explicaba la causa de la muerte y ciertas lesiones podían haber sido producidas por las maniobras de RCP. De manera que la novedad de la aparición del informe puede ir por este lado: una estrategia de la defensa en esta dirección. Reinstalar la idea de que Fernando podría haber muerto no por la golpiza, sino por no haber recibido la atención médica adecuada.
Los abogados de la familia de Fernando siguen sosteniendo que la muerte ocurrió en la calle. Sugieren que los signos vitales que aparecen en el electro pueden responder a «medicación y maniobras de reanimación» que se le hicieron al joven. «Este informe no es una prueba relevante para determinar la causa del fallecimiento, que fue shock neurogénico. En nada se modifica todo lo que se dijo y probó. Una cosa es cuando (la muerte) ocurre realmente y otra cuando se declara, tras realizar todas las maniobras necesarias durante el tiempo necesario», sumó Améndola. Por el crimen están detenidos en el penal de Melchor Romero Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matias Benicelli y Luciano Pertossi (autores del homicidio) y Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi (partícipes secundarios).
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