El Presidente no le avisó ni a Cristina Kirchner ni a Sergio Massa de su definición. Las conversaciones con su círculo íntimo, el revés de la encuestas y los factores que lo obligaron a anticipar su decisión.
Después de presiones de todos los sectores del oficialismo, y antes de la cumbre del consejo del Partido Justicialista del viernes por la tarde, el presidente Alberto Fernández tomó una definición y, sin avisar a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner; ni al ministro de Economía, Sergio Massa; anunció públicamente que no irá por su reelección. «Como militante peronista, siempre supe que primero estaba la patria, después el movimiento y por último, los hombres. Es por eso que voy a cumplir con esa escala de prioridades. El contexto económico me obliga a dedicar todo mis esfuerzos a atender los difíciles momentos que atraviesa la argentina», dijo en un video que duró casi ocho minutos. Durante la jornada del jueves, Fernández estuvo con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y más tarde en Mar del Plata. De regreso a La Quinta de Olivos decidió que era momento de terminar con la postergación y hacer el anuncio de algo que ya venía madurando en su fuero interno. Él sabía que las encuestas no le arrojaban buenos números y que su indefinición generaba conflicto en el FDT, pero quería anunciarlo a mediados de mayo. Así lo aseguraban desde su entorno hasta el mismo jueves. Sin embargo, los tiempos se aceleraron por distintos factores, entre ellos, por la crisis económica.
El jueves a la noche finalmente se decidió. Llamó a los funcionarios de su círculo íntimo, les preguntó qué les parecía y les pidió a varios de ellos que fueran a la residencia presidencial. Allí acordaron que la mejor manera de comunicar que no se postularía iba a ser a través de un video que sería publicado el viernes por la mañana para, además, poder ir con una definición tomada a la cumbre del PJ. En la reunión anterior todos los que asistieron a la sede de la calle Matheu le pidieron durante las cinco horas y media que duró el encuentro que tome una definición al respecto y no lo hizo. Esa escena no se podía volver a repetir. El jueves, de regreso a Buenos Aires, Fernández agarró su celular y comenzó con la lista de llamados. Habló por teléfono con el jefe de gabinete, Agustín Rossi; con el vicejefe de gabinete, Juan Manuel Olmos; con el secretario de la presidencia, Julio Vitobello; con el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández; con la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra y con la vocera presidencial, Gabriela Cerruti.
Varios de ellos fueron a Olivos y, junto con Cerruti, Fernández se quedó hasta entrada la medianoche trabajando en el guión del video que luego editaron toda la noche los equipos de comunicación con las correcciones que el Presidente y la vocera les hacían. Al día siguiente, los funcionarios de confianza del mandatario como Juan Manuel Olmos, Cafiero y Cerruti volvieron a la residencia presidencial por la mañana y estuvieron con él para ver juntos la publicación del video y las repercusiones. Lo acompañaron hasta cerca de las cuatro de la tarde, antes de partir a la cumbre del PJ.
Quienes estuvieron con Fernández este viernes aseguran que estaba bien de ánimo y que lo vieron «confiado de haber hecho lo correcto». Además, él y su entorno tienen la certeza de que habrá elecciones internas dentro del Frente de Todos «para ganar en octubre», y que no solo habrá PASO a nivel nacional, sino también provincial. La idea, dicen cerca del Jefe de Estado, es «que haya PASO en todos lados, para que la militancia active y sea la gente la que ordene las listas». Así lo aclaró el propio Fernández en el video que publicó en sus redes sociales: «debemos usar las herramientas de la vida partidaria. Por eso creo que las paso son el vehículo para que la sociedad seleccione los mejores hombres y mujeres de nuestro frente, que mejor nos representen en las elecciones generales», dijo y agregó «como presidente del partido justicialista voy a garantizar que todos los que se sientan capacitados para encarar este desafío puedan hacerlo».
Esa es una idea con la que Fernández comenzó a insistir en noviembre de 2021, durante el acto por el día de la militancia en Plaza de Mayo, luego de la derrota que el FDT había sufrido en las PASO. Desde ese momento la idea irrita al kirchnerismo. El Presidente y su entorno, por estas horas, están pensando en varios candidatos presidenciables para que compitan en las internas en representación del espacio «no kirchnerista». Uno es el embajador en Brasil, Daniel Scioli. Él, sin embargo, se trata de despegar de la figura de Fernández y dice que puede ser un «candidato de unidad». De hecho, cada vez que puede, Scioli resalta que él tiene el visto bueno de CFK y la semana pasada publicó fotos con la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, referenta de La Cámpora y cercana a la vicepresidenta. Otro posible candidato es el jefe de gabinete, Agustín Rossi. A él Fernández lo llamó el jueves a la medianoche y habló por teléfono en reiteradas ocasiones durante las últimas 24 horas, pero no fue a la Quinta de Olivos.
Rossi dijo la semana pasada que estaba dispuesto a ser candidato si Fernández declinaba a su intento reeleccionario. Ahora que el anuncio está hecho, desde el entorno del jefe de los ministros aseguraron en diálogo con este diario que Rossi «está entusiasmado, tiene ganas, pero lo va a analizar en términos políticos, no personales. Va a analizar si al FDT le sirve que él se presente como candidato y si eso es funcional para el crecimiento del espacio». Aclaran que, por ahora, «no hay definición», y que «se va a tomar unos días para definirlo». Cerca de Fernández no descartan tampoco una posible candidatura presidencial del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis. Él fue uno de los intendentes del conurbano que, a diferencia de otros, no quiso dejar su ministerio para volver al municipio a hacer campaña porque está interesado en disputar un puesto mayor.
Otra duda es, en ese caso, a quién presentará el peronismo «no kirchnerista» en la Provincia de Buenos Aires. En un momento se especuló con que, por más que la idea del Presidente era ir a PASO a nivel nacional, a nivel provincial se podía pensar Axel Kicillof como candidato de unidad. Sin embargo, eso cambió cuando desde el kirchnerismo le dijeron al Presidente, en declaraciones públicas, que iban a ir a PASO, pero que él «tendría que armar sus propias listas». Allí empezaron a pensar en Victoria Tolosa Paz para territorio bonaerense. Este sábado, mientras se lleve adelante un plenario en Ferro en el marco del operativo clamor para que CFK sea candidata, habrá otro plenario en Ensenada, con Tolosa Paz como anfitriona, que se llamará «en 2023 será Victoria». Cerca de Fernández aclaran que «esas candidaturas aún son ideas. No hay nada claro», y que «solo está clara la decisión de garantizar las Paso». En esa línea, sostienen que ven «muy difícil» llegar a un candidato de unidad.
«En estos años elegí soportar algunas críticas y maniobras de desprestigio del gobierno nacional y nunca respondí. Por mi responsabilidad como Presidente evité toda escalada en los conflictos, siempre actué de ese modo para garantizar la unidad de nuestro espacio político. Llegamos hoy, pese a todas las dificultades, unidos antes de iniciar una nueva contienda electoral. Esa unidad se fortalecerá con la competencia, con la militancia, con las búsquedas de nuevos de nuevos protagonistas», aseguró el mandatario en su video y remató «dije que volvíamos para ser mejores. Para ser mejores debemos democratizar nuestro espacio. Démosle la lapicera a cada militante».
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