Una auditoría encargada por el Partido Liberal, que apoyó la candidatura a la reelección del líder de ultraderecha, pone en duda al 61 por ciento de las urnas electrónicas usadas en segunda vuelta.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dejó en claro este martes que se resiste a aceptar el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva, a través de una demanda en la que su partido pide invalidar parcialmente el resultado de las elecciones. La demanda fue presentada por el Partido Liberal (PL), que apoyó la candidatura a la reelección del líder de ultraderecha, y pone en duda al 61 por ciento de las urnas electrónicas utilizadas en la segunda vuelta de las elecciones celebradas el pasado 30 de octubre.
Según el resultado oficial, Lula se impuso en el ballotage con el 50,9 por ciento de los votos frente al 49,1 por ciento que alcanzó Bolsonaro, en un proceso avalado y reconocido como transparente por todas las misiones de observadores nacionales e internacionales que participaron.
El PL le encargó una auditoría a una empresa privada que concluyó que un 61 por ciento de las 577.125 urnas usadas en la segunda vuelta de las elecciones, fabricadas entre 2009 y 2015, no pueden ser auditadas, a diferencia de otras modelo 2020. También asegura que, si se toman en cuenta solo esas urnas más modernas, Bolsonaro ganó las elecciones con el 51,05 por ciento de los votos.
El ingeniero Carlos Rocha, responsable del informe, explicó que existen «indicios muy fuertes de mal funcionamiento» en las urnas antiguas y que debería realizarse «una posible fiscalización, una verificación extraordinaria, frente a un hecho extraordinario». El abogado Marcelo Bessa, quien representa al PL, aportó que «en razón de ese informe técnico, de las inconsistencias y los datos relevantes» que presenta, la formación de derecha pidió a las autoridades electorales que «verifiquen ese posible mal funcionamiento».
El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, respondió de inmediato a la demanda del PL y dijo que solo puede ser analizada si también se presentan dudas sobre la primera vuelta, realizada cuatro semanas antes. En esa primera vuelta también se celebraron las legislativas, en las que el PL obtuvo 99 diputados, que le darán la primera minoría en la Cámara Baja a partir del año próximo.
El presidente del PL, Valdemar Costa Neto, en una declaración ambigua, aclaró que el informe en el que se apoya la demanda no representa la opinión del partido, pero consideró que «debe ser analizada a fin de fortalecer la democracia». Costa Neto negó que el plan sea pedir una nueva elección o «trastornar la vida del país», aunque aseguró que van a pedir una revisión y plantear una propuesta al máximo tribunal electoral.
Sin embargo, el juez de Moraes aclaró que las urnas puestas bajo sospecha se usaron en ambas rondas, por lo que instó al PL a «cuestionar también el resultado de la primera vuelta en un plazo de 24 horas».
El PT pide terminar con la malicia
El Partido de los Trabajadores (PT), que encabezó la coalición electoral que llevó a Lula al poder, rechazó la acción intentada por el PL y la consideró una «artimaña» que no puede prosperar en la justicia. «El recurso de Bolsonaro ante el TSE es una artimaña que tiene que ser sancionada como litigio de mala fe. Basta de malicia, de irresponsabilidad y de insultos a las instituciones y a la democracia», afirmó la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, en un mensaje publicado en Twitter.
«La elección fue decidida con el voto y Brasil necesita paz para construir un futuro mejor», agregó Hoffmann, una de las jefas del equipo de transición designado por Lula, quien se recupera de una pequeña cirugía en la garganta.
Bolsonaro mantiene el silencio
En los últimos veinte días, a Bolsonaro no se lo vio en en público y desapareció de sus redes sociales, en las que era muy activo. Aunque no ha aceptado su derrota públicamente, dio inicio al proceso de transición con el equipo designado por Lula para ese fin.
Sin embargo, la demanda del PL fue interpretada como una nueva arremetida contra las urnas electrónicas, sobre las cuales el líder de ultraderecha siembra sospechas desde que Lula empezó a alejarse en las encuestas, hace más de un año. En 2021, el presidente llegó a ser investigado por el Tribunal Supremo Federal por difundir noticias falsas para atacar el actual sistema de voto e intentar así denunciar fraude en las elecciones de 2022 en caso de derrota.
La demanda de los liberales generó algarabía en los campamentos que miles de activistas de ultraderecha mantienen desde hace tres semanas a las puertas de decenas de cuarteles, en demanda de un golpe de Estado que impida la investidura de Lula el próximo primero de enero.
Un video sobre una de esas protestas, realizada frente a un cuartel de Porto Alegre, generó todo tipo de comentarios en redes sociales, ya que en ellos se ve a los manifestantes haciendo señales de luces hacia el cielo con sus teléfonos. Lo que muchos llegaron a interpretar como un pedido de ayuda extraterrestre, fue explicado por uno de los participantes con la excusa de que en realidad las luces eran dirigidas a la oficina de un oficial, en uno de los pisos superiores del cuartel.
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