Entre lo más radical y resonante: congelar los alquileres, gravar a los ricos e instalar colectivos gratuitos.
De aquí al 1 de enero de 2026, cuando Zohran Mamdani asuma una histórica alcaldía en la ciudad de Nueva York, sin duda una de las más populosas, activas y desarrolladas (en todo nivel) del mundo, el nuevo mayor deberá encauzar todo o parte de las grandes transformaciones que prometió en campaña, entre lo más radical y resonante: congelar los alquileres, gravar a los ricos e instalar colectivos gratuitos. De cumplirlas, posiblemente imprima un giro histórico a la ciudad que es capital cultural y símbolo de los Estados Unidos a nivel internacional.
El triunfo de Mamdani por algo más del 50% en las elecciones de este martes representan un golpe político al presidente Donald Trump, a quien esta vez no le funcionaron ni las acusaciones de «comunista» ni las amenazas de desfinanciar la ciudad, como lo hizo en las elecciones legislativas argentinas del pasado 26 de octubre.
La rivalidad no es unilateral. Mamdani sostuvo un planteo que confirmó en su discurso triunfal de poner en práctica una activa política fiscal que impida «a multimillonarios como Trump evadir impuestos y explotar exenciones fiscales«. La mención del presidente no es fortuita, ya que varios testimonios incluida la biografía escrita por su propia sobrina, Mary Trump, indican que el magnate amasó una fortuna estafando al fisco, entre otras maniobras.
En ese sentido, Mamdani afirmó que «si hay alguna manera de aterrorizar a un déspota, es desmantelando las mismas condiciones que le permitieron acumular poder. Así no solo detendremos a Trump, sino también al próximo», afirmó. «Si alguien puede mostrarle a una nación traicionada por Donald Trump cómo derrotarlo, es la ciudad que lo vio nacer«.
Un relevamiento del medio The Free Press apunta que Mamdani tendrá control sobre la policía de Nueva York, las escuelas públicas y decenas de agencias y comisiones, incluida la junta que decide los aumentos de alquiler en cerca de un millón de departamentos. «Sin embargo, aumentar los impuestos o el gasto público requerirá la aprobación del concejo municipal o de los legisladores estatales en Albany, donde la gobernadora probablemente no apoye subir los impuestos durante su campaña de reelección del próximo año, ya que eso le podría costar votos».
La promesa de hacer que los transportes colectivos de la ciudad sean gratuitos podría resultar difícil de cumplir, ya que la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) —la organización que administra los subtes y autobuses de Nueva York— es una agencia estatal sobre la cual Mamdani no tiene autoridad.
Durante su campaña, Mamdani prometió “congelar los alquileres” de casi un millón de departamentos con renta regulada en toda la ciudad. Los valores anuales los establece la Junta de Regulación de Alquileres de la Ciudad de Nueva York, una comisión independiente de nueve miembros designados por el alcalde, pero según el informe, el alcalde saliente, Eric Adams, considera nombrar nuevos integrantes antes de culminar su mandato. Esto pondría a Mamdani en un conflicto si intentara «manipular la junta», observaron.
En 2020, durante su campaña para la legislatura estatal de Nueva York, Mamdani abogó por “quitar fondos” al Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), al que describió como “racista”, “violento” y “anti-LGBTQ+”. También propuso crear “un concejo municipal socialista que recorte el presupuesto del NYPD”.
Sin embargo, como alcalde, Mamdani no tendrá por sí solo el poder de reducir el presupuesto policial; para hacerlo necesitará la cooperación del concejo municipal. Donde su influencia dentro del sistema judicial será menos limitada es en su facultad de nombrar jueces para los tribunales penales de la ciudad por períodos de diez años, lo que le permitiría influir en la política judicial y policial desde los tribunales durante al menos una década.
Mamdani también prometió crear un nuevo Departamento de Seguridad Comunitaria (DCS), separado del NYPD, para atender “cada una de las fallas de la red de protección social”.
Esta agencia se enfocaría en temas como personas sin hogar, crisis de salud mental y prevención de la violencia armada, e incluiría la provisión de asistencia médica en locales comerciales vacíos dentro de estaciones del metro.
Entre otras propuestas, prometió contratar «miles de maestros más» y reducir «el despilfarro de una burocracia excesiva» y brindar «cuidado infantil universal» en toda la ciudad. Además, por su condición de inmigrante, tiene particular interés en gobernar «una ciudad de inmigrantes, una ciudad construida por inmigrantes, impulsada por inmigrantes y, a partir de esta noche (por el martes), liderada por un inmigrante».
Mamdani aseguró en ese sentido que «ya seas inmigrante, miembro de la comunidad trans, una de las muchas mujeres negras que Donald Trump despidió de un puesto federal, una madre soltera que aún espera que bajen los precios de los alimentos, o cualquier otra persona que se encuentre en una situación desesperada, tu lucha también es la nuestra».
También abordó las divisiones religiosas y prometió convertir Nueva York en una ciudad que se mantenga «firme» junto a los neoyorquinos judíos y que «no vacila en la lucha contra el antisemitismo», a contramano de las críticas desde el conservadurismo extremo que lo tildan de «amigo de Hamás» y de ser una amenaza para los judíos neoyorkinos. A su vez, agregó que los más de un millón de musulmanes que viven en la ciudad «sepan que pertenecen, no solo en los cinco distritos de esta ciudad, sino también en los centros del poder».
Mamdani prometió apoyar a los sindicatos y ampliar la protección laboral, hacer que «los malos caseros rindan cuentas». En su discurso mencionó enfáticamente a los trabajadores más humildes, quienes consideró que lo llevaron a ese lugar: «Dedos magullados de levantar cajas en el almacén, palmas callosas por el manillar de las bicicletas de reparto (y) nudillos con cicatrices de quemaduras en la cocina» pudieron «atreverse a aspirar» a la Alcaldía.
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