Aguarda la aprobación del proyecto institucional y la definición de las partidas presupuestarias. Ya se está construyendo el edificio en el Pellegrini.
A contramano de las perspectivas negativas que ofrece el Gobierno de Javier Milei en materia de financiamiento de la educación y la ciencia, el intendente Federico Achával se mostró optimista de cara a la posibilidad de que la Universidad Nacional de Pilar empiece a funcionar el año que viene.
“El próximo gran paso es que se termine la aprobación del proyecto institucional en términos administrativos y, después, la asignación de recursos”, adelantó Achával. Nada más ni nada menos.
El jefe comunal reveló que está en permanente contacto con la rectora, con Lizzie Wanger, con la que midiendo las posibilidades de acuerdo a los distintos escenarios.
“Una idea de arranque es si uno tiene asegurado el presupuesto para la planificación de los próximos seis años que ya tiene pensada la universidad, pero otra distinta es si tenemos que ir viendo qué partidas dispone el Gobierno nacional, digamos, de manera arbitraria o con un análisis que por ahí no es el que nosotros compartimos”, diferenció.
“En las dos opciones estamos trabajando, porque para nosotros lo importante es el punto de partida y a partir de ahí tenemos la plena confianza de la importancia que tiene la Universidad Nacional de Pilar, de lo sólido que es su proyecto y de lo que va a contribuir al sistema productivo argentino y al sistema universitario nacional”, aseguró Achával.
El edificio
Justamente con base en la incertidumbre con respecto al presupuesto, desde el gobierno local se tonó “la decisión avanzar con fondos municipales para la construcción del edificio”.
Achával subrayó que se trata de “un paso muy importante, no solamente en términos funcionales, sino fundamentalmente identitarios y de espíritu de la universidad, porque nosotros sabemos y queremos que sea en el Pellegrini y que sea sede de un polo educativo regional que tenga como bandera a la universidad”.
Achával anunció la construcción del edificio a fines de octubre, con un acto en el Pellegrini. La obra empezó poco después, por ahora paso a paso.
El futuro edificio tendrá, en su ala principal, un aula magna para 180 personas, otras ocho aulas más chicas, la sala de profesores y espacios comunes integrados con el verde del predio.
A la vez, contará con un anfiteatro y una biblioteca parlante y no parlante para que las nuevas tecnologías sean parte del proceso educativo, además de los espacios para los equipos docentes.
Todo eso estará integrado con los espacios verdes y la añosa arboleda que caracterizan al pedio del Pellegrini.
“Nos alegró, como proyecto político, poder llevar adelante el sueño de la Universidad Nacional de Pilar. Nos queda pendiente todavía que los alumnos ingresen a la universidad y eventualmente se reciban”, dijo Achával esta semana.
“Uno, cuando se dedica a la política, tiene expectativas, y esas expectativas se cruzan con la realidad, y a veces se cumplen en su totalidad y a veces no. La Universidad transita hoy por ese camino, pero con la esperanza de que en el tiempo que nos queda lograr ese objetivo”.
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