Un decreto de Rusia amplía las condiciones para el uso de armas atómicas, luego de que Estados Unidos autorizara a Ucracia a emplear misiles de largo alcance en territorio ruso.
El propio Putin amplió sobre el alcance de este decreto al advertir que «cualquier ataque contra Rusia por parte de un Estado no nuclear, pero con la participación o apoyo de un Estado nuclear, será considerado como un ataque conjunto contra la Federación Rusa«. Sin embargo, los detalles específicos de los cambios aún no han sido publicados, dejando interrogantes sobre cómo esta política podría implementarse.
Críticas a la postura de Vlaimir Putin
La respuesta internacional no se hizo esperar. Desde Estados Unidos, el secretario de Estado Antony Blinken calificó la medida como “una muestra clara de cómo Rusia sigue utilizando la amenaza nuclear como una herramienta de intimidación en el escenario internacional”. Estas declaraciones reflejan la preocupación creciente de Occidente por el incremento de las tensiones nucleares.
El decreto se suma a un clima global ya enrarecido por el prolongado conflicto en Ucrania y las implicancias de los misiles de largo alcance aprobados por Washington. Mientras el mundo observa con cautela, este cambio en la doctrina nuclear rusa representa un inquietante paso hacia una nueva etapa de incertidumbre geopolítica.
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