La crisis en Misiones complica la alianza de Rovira con Milei y espanta a los gobernadores. El mercado se agita, el gabinete va al reset y escala la batalla por las cenizas del PRO.
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Desde que el obispo jesuita Joaquin Piña lo enfrentó con el respaldo de Jorge Bergoglio, hace casi dos décadas, Carlos Rovira no había tenido un desafío de la magnitud del que vivió en las últimas semanas. El mandamás de Misiones, dos veces mandatario provincial y jefe del gobernador Hugo Passalacqua quedó expuesto a una protesta multisectorial que rodeó la Legislatura provincial en la que actúa de diputado raso. Rovira, que en aquel entonces respondía a Néstor Kirchner, ahora defiende a Javier Milei.
El líder de la Renovación misionera que heredó el poder de Ramón Puerta y lo trascendió por mucho se vio desbordado por la confluencia de sectores que se unen en rechazo al show del no hay plata que el presidente transmite desde el Luna Park. Peor que eso. El inicio de las protestas encontró a Rovira mal ubicado: una vez más, de viaje por Europa.
El gobernador Passalacqua es cuñado de Rovira, el ingeniero químico que nació en Apóstoles y construyó una fortuna envidiable. Ex docente y parte del radicalismo provincial hasta que se sumó a la alianza de gobierno, su imagen es buena pero todos saben que el jefe es Rovira. Después de haber apoyado a Sergio Massa como candidato a presidente, mandar a sus diputados y senadores a votar las leyes de Milei en el Congreso empieza a costarle caro al rovirismo porque la motosierra impone restricciones inéditas.
En la semana que Milei había elegido para sellar un pacto histórico con los gobernadores, el reclamo de docentes, policías y trabajadores de la salud que se cansaron de cobrar salarios de hambre copó la agenda nacional y puso en crisis el alineamiento de Rovira con el ajuste más grande de la humanidad. Ni la solución armada que insinuó Patricia Bullrich ni las negociaciones que mantuvo Rovira con Guillermo Francos alcanzaron para lograr un entendimiento ni disuadir a los manifestantes. Tampoco pudieron hacerlo Puerta, uno de los macristas en fuga que asistió al homenaje de Milei a Menem, ni su hijo libertario, el empresario yerbatero Pedro Puerta.
Cuando el INDEC fijó en mayo la canasta básica total en 828 mil pesos para que una familia no caiga en la pobreza, en Misiones una maestra que recién comienza gana 230 mil pesos y el sueldo promedio ronda los 348 mil pesos. Con facturas de luz superan los 100 mil pesos, cada vez son más los que cruzan a Brasil y Paraguay para comprar alimentos más baratos. Los carteles de los manifestantes en Posadas encierran el límite del plan Milei:»Sr Passalacqua, Sr. Rovira ¿pueden vivir mensualmente con 348 mil pesos?».
En días en los que el presidente se vende como una figura excepcional a nivel mundial y la revista Times le dedica su tapa, los mercados encendieron las primeras alertas y el dólar paralelo desmintió la cátedra de Milei que niega el atraso cambiario.
«Crack», «gigante» y «rockstar» según el diccionario caprichoso del presidente, Luis Caputo se está topando con problemas que se imprimen sobre la brutal recesión que el gobierno estimula. Mayo trajo más problemas que soluciones y acuerdos. Mientras la UCA estima que la pobreza ya afecta al 55% de los argentinos y la indigencia se duplicó con Milei hasta llegar al 18%, Manuel Adorni admite que el gobierno tiene 5 millones de kilos de alimentos en depósitos como publicó El Destape. Juegan con fuego. Hasta en LN +, hay quienes lo empiezan a decir al aire.
El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) del INDEC mostró que el rebote en V no se ve. La actividad cayó 8,4% en marzo y acumula cinco meses consecutivos en baja, con caídas violentas en construcción (-29,9%), industria manufacturera (-19,6%) y comercio mayorista, minorista y reparaciones (-16,7%). Ya en abril, según el reporte del Banco Provincia , el consumo se derrumbó un 35% en territorio bonaerense y 43,4% en el conurbano.
La crisis en Misiones tiene un componente endógeno porque el Frente Renovador de la Concordia es una fusión de radicales y peronistas que gobierna sin interrupciones desde 1999 y no tiene una oposición competitiva que funcione como alternativa política. «Ellos se durmieron. Manejan la provincia hace 25 años, no pueden decir que los problemas empezaron ahora», dicen en la Casa Rosada.
Sin embargo, las marchas y acampes se inscriben en un mapa nacional que empieza a transformarse y eleva la temperatura del caldo que se cocina en las provincias, tras seis meses durísimos de motosierra y licuadora.
La fecha estipulada por el presidente hace casi dos meses para firmar el Pacto de Mayo terminó en un fiasco, con él solo en Córdoba, la represión policial y un discurso de brazos abiertos que confirma su debilidad más que su convicción. «Puede ser en junio, julio, agosto, octubre o será en 2025», admite uno de los principales promotores del acuerdo que no fue.
Milei se enorgullece de haber disciplinado a los gobernadores con el recorte de fondos y baja la orden de no ceder en Misiones para evitar un efecto cascada en el que se sumen reclamos de los mandatarios de todo el país. Según los datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso, durante el primer cuatrimestre del año, las transferencias automáticas y no automáticas a provincias y municipios se redujeron 89,1% promedio en relación a 2023 y hay programas que directamente no recibieron fondos en todo el año. Pero no es la casta la que sufre el ajuste sino los sectores medios y bajos, entre los cuales habitan también sus propios votantes.
El conflicto, que se fue de cauce por el piquete de policías retirados y en actividad, desconcierta a muchos. Un político local de actuación nacional sostiene que el nivel de organización que tienen los uniformados descarta cualquier espontaneidad y da cuenta de que estaban en vías de sindicalización. La cadena de mandos se rompió y no hay antecedentes de algo similar, dice. Un activista que conoce el lugar discrepa en parte: define la situación como una revuelta sin conducción, en el que muchos se suman de manera espontánea y por reclamos propios. Como sea, la extensión del reclamo confirma que al caudillo Rovira no le resulta fácil desactivarlo.
A la debacle del salario real en medio de una recesión salvaje que afecta la recaudación, se suma el fin del Fondo de Incentivo Docente y los fondos compensadores. Es lo que hace arder el chat de los gobernadores en el que Axel Kicillof coincide con mandatarios como Ignacio Torres y Martin Llaryora.
¿A quién apunta la bronca de los manifestantes? En las calles de Posadas no solo había opositores frontales a la extrema derecha de gobierno. También había maestros que se reivindicaban como votantes de La Libertad Avanza y culpaban a la sociedad Rovira-Passalacqua. Para ellos, la Casa Rosada no tiene que ver y está a 870 kilómetros de un conflicto de raíces locales: el agotamiento con la casta misionera. Hace seis meses, Milei le ganó a Massa 57 a 43 en la provincia.
La confluencia de docentes y trabajadores de la salud con la policía es lo que captó la atención de los canales de televisión de Buenos Aires y puso en alerta a varios gobernadores que ya empiezan a hacer malabares para pagar el aguinaldo. Además, hay 13 provincias reclaman que Nación transfiera los fondos para cubrir el déficit de las cajas previsionales. Misiones puede ser un conflicto focalizado, que no altera la vida del 90% de los misioneros, como afirma el gobierno provincial, o un caso testigo de una dinámica que se espiralice en las provincias por el desfinanciamiento nacional, como advierten desde el Frente de Izquierda. Nadie puede saberlo.
Del ajuste nacen nuevos actores que cobran protagonismo. En un rasgo distintivo de las protestas, que recuerda en parte a lo que se vivió durante la crisis de 2001, el gobierno de Misiones se encontró sin interlocutores válidos y sin saber quiénes eran los líderes del reclamo. Como sucede a nivel nacional, la política tradicional es proclive al acuerdo, pero no alcanza a representar ni contener el descontento. Eso se advierte en el enojo con parte de la dirigencia sindical, en la proliferación de cuatro grupos de autoconvocados y en la presencia de sectores antagónicos que participan de los acampes. Radicales, peronistas, mileistas, sindicatos ligados a la CTA y grupos de izquierda con peso en la provincia.
Lo que intenta el gobierno de la Renovación, negociar con la policía y aislar al resto de los estatales, no es tan sencillo porque todos están unidos por lazos sanguíneos. Policías y docentes tienen relaciones familiares y están al tanto de lo que pasa en uno y otro reclamo.
Milei le dice a los gobernadores que ajusten como hace la Nación y les pide al mismo tiempo apoyo para el paquete en el Senado. El gobierno dice que el trámite está frenado en comisiones pero piensa que, apenas salga el dictamen, el presidente tendrá aprobada su primera ley en general.
El abismo que separa a Milei de sus propias aspiraciones es el que lo llevó a declarar a todo su gabinete en disponibilidad. El experimento paleolibertario busca resetearse. Víctima de su intrascendencia absoluta a nivel público, Nicolas Posse acumuló demasiados enemigos y perdió en poco tiempo el rol que había tenido en campaña, como nexo de Milei con el mundo exterior.
El ex directivo de Eurnkian viajó a Córdoba para extender su sobrevida pero hace rato que no coincide con el presidente ni en las reuniones de gabinete. No solo el karina-menemismo lo apunta: también algunos aportantes de campaña y empresarios que le cuestionan su desprolijidad. «Está terminada la relación», dicen en Casa Rosada. Su puesto tiene dominio sobre áreas claves del gobierno es codiciado dentro y fuera de LLA. Pero nadie en las cercanías de los Milei cree que la jefatuta de gabinete pueda caer en manos del macrismo residual.
Si fuera por la necesidad de convertirse en la voz que defiende la actuación de gobierno, Francos sería el candidato natural en un esquema en el que el único vocero del triángulo de poder es el presidente. Ni Karina Milei ni Santiago Caputo hablan en público y, para reemplazar a Posse, Lule Menem debería salir de las sombras por primera vez en 40 años de actuación política.
Los macristas que se mueren por tocar se mezclaron con el pueblo de Milei en el Luna Park en un intento de mostrarse devotos de un nuevo líder, pero en el gobierno ya se atajan. Aclaran que si Cristian Ritondo ingresa al Ejecutivo será por la relación que construyó con Milei y no como parte de un acuerdo con el jefe de las cenizas del PRO. Para no rifar lo que queda del sello que estrelló en el poder, Macri organizó con Ritondo el boicot al ala libertaria bonaerense que dirige Diego Valenzuela. El intendente de Tres de Febrero apoya la línea Bullrich de licuar al partido que hoy ya funciona como colectora de LLA.
La presentación del libro de Milei mostró una vez más cuál es la prioridad del showman que cautiva a la alt-right global. Poco después de asumir como presidente, Milei apuró el final del jeroglifico «Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica» con el objetivo de presentarlo en la Rural. El primer obstáculo apareció cuando se propuso usar la pista central de la Rural para hacer un acto partidario y la editorial Planeta desistió de afrontar los costos de organización y seguridad. En cambio, Eduardo Elsztain, el dueño del 35% de La Rural que estuvo en primera fila en el Luna, no desertó.
Los colaboradores del ex panelista destacan que los libros anteriores que presentó en la Feria del Libro mostraron a un público joven y de sectores populares que ya preanunciaba un batacazo electoral. Lo mismo que se vio en el show presidencial. Sin embargo, en la industria dicen que «El camino del libertario» y «El fin de la inflación» vendieron entre los dos unos 25 mil ejemplares, diez veces menos que «Sinceramente» y menos de la mitad que Macri con «Primer Tiempo». Ahora, desde el Estado que tanto odia, Milei parece encaminarse finalmente a un récord de ventas.
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