En los últimos días crecieron los roces. A qué juega el ex presidente. La influencia del club de los chetos.
Tanto en el PRO como en La Libertad Avanza se preguntan hasta dónde llega el apoyo de Mauricio Macri a Javier Milei.
La bronca que venía acumulando Milei por las promesas incumplidas de Macri estallaron el sábado cuando se enteró que la Cámara Nacional Electoral advirtió a los apoderados libertarios que no habían presentado las boletas necesarias para el 19 de noviembre.
Furioso, el libertario ordenó retirar la invitación para el debate del domingo a todos los invitados del PRO, una ausencia que fue explotada por Sergio Massa en vivo y en directo.
Para evitar que la alianza se desmorone, el ex presidente debió ir al pie este lunes y se apareció en el Hotel Libertador en el que se refugia el libertario, que en las últimas semanas evitó como pudo el contacto directo con la gente, una faceta que había tratado de capitalizar antes de las generales.
«Hablaron de la fiscalización y Mauricio le dio su opinión sobre el debate», en el PRO, Como parte de la tensión, la custodia del ex presidente se puso agresiva con un móvil de C5N, como ya había sucedido en Córdoba.
A Macri no le quita el sueño el devenir de Milei: su principal objetivo es que no gane Massa. El fundador del PRO apuró el pacto de Acassuso, a costa de la destrucción de Juntos, impulsado por el pánico que le genera imaginarse recorriendo las escalinatas de Comodoro Py en un gobierno de Massa. Una de las causas que lo preocupan, que es la de los parques eólicos, empezó a caminar llamativamente a pocos días del ballotage.
«Lo que pase en el gobierno de Milei, a Macri le chupa un huevo», dijo con una franqueza brutal, un gobernador de Juntos por el Cambio.
En ese sentido, comenzaron a perder fuerza las negociaciones para coparle el gabinete con figuras como la de Germán Garavano y Guillermo Dietrich. El ex ministro de Transporte está sin ganas de volver a la pelea política, según confiaron a este medio dos personas que hablaron en las últimas semanas con él.
Dietrich observa con preocupación como la justicia avanza con causas muy delicadas de aspectos cuestionables de su gestión, como las concesiones que intentó meter a la fuerza en el puerto de Buenos Aires.
Por eso, pese a que le atribuyen la responsabilidad de fiscalizar en todo el país, Dietrich se concentra en armarle el gabinete a Ramón Lanús, intendente electo de San Isidro. Además de preparar el terreno para los negocios en obra pública de su jefe político.
Macri es consciente de las limitaciones de Milei, más aún después de las generales, cuando lo pudo conocer en la intimidad y bajo estrés. Por eso en el PRO dicen que va a regular su compromiso con el libertario. Si Milei fracasa, Macri no está interesado en socializar las culpas.
Macri se lanzó este lunes como candidato a vice de Andrés Ibarra en Boca, pero lo que más lo motiva para seguir en política no es ni el club ni el país: es mantener la imagen de jefe ante sus amigos «chetos».
Macri se mueve como pez en el agua tanto en el club de tenis que frecuenta por las mañanas para jugar al paddle, como en el mundillo del bridge, el club house de Cumelén y entre los ex Newman Boys.
«Él es el 1 en ese ambiente y le encanta ser el tipo que levanta el teléfono para conseguirle una concesión a un amigo», dijo a LPO un ex ministro de Macri. Lo que menos quiere el ex presidente es que no le respondan los llamados.
Más historias
Donald Trump priorizó a otros mandatarios y aún no aceptó la llamada de Javier Milei
Trabajador que reclama es potencial “terrorista”
Intercargo: el Gobierno desrregula el servicio de rampas en los aeropuertos