Consiguió una mayoría apretada, con respaldo de la izquierda, socialistas santafesinos y federales bonaerenses. JxC no dio quórum y votó en contra.
En lo que fue la primera sesión del Congreso desde noviembre, el Frente de Todos consiguió sancionar la moratoria previsional, que permite acceder a la jubilación a quienes alcancen la edad pero adeuden aportes y beneficiaría a 800 mil personas.
Como se había anticipado ante el rechazo de Juntos por el Cambio, hubo un quórum con 129 votos, lo justo, posible con la ayuda de los 4 diputados de izquierda, la dupla de socialistas santafesinos y los bonaerenses Alejandro «Topo» Rodríguez y Graciela Camaño.
Los cuatro últimos comparten el interbloque federal con el trío de cordobeses que responde a Juan Schiaretti, se negó a dar quórum, pero luego votó a favor. «Vamos a acompañar este proyecto, pero reflexionemos en esta cámara y abordemos los temas que siempre caracterizaron al peronismo: la producción y el trabajo», explicó su jefe Carlos Guitérrez. El otro federal es Florencio Randazzo, que no fue.
El Frente de Todos consiguió quórum a10 minutos que venciera el plazo de prórroga, porque recién cuando hubo 125 diputados los federales arribaron para dar la ayuda decisiva. El jefe del bloque Germán Martínez pasó el lunes chequeando a sus 118 dirigidos, con el temor a que algún vuelo retrasado pudiera frustrarle el día.
Y se encontró con un problema inesperado: el rionegrino Agustín Domingo, habitual aliado, no llegó a tiempo y luego pidió sin éxito modificaciones. Pretende que se eliminen los 30 años de aportes como requisito. El sindicalista Claudio Vidal también retaceó el quórum y votó a favor y por eso la ley se sancionó con 134 positivos.
«Le agradecemos a todos los que dieron quórum, porque fue más importante que la votación», se sinceró, aliviado, el jefe del oficialismo Germán Martínez.
La moratoria existe desde 2004 y consiste en permitirle a quien adeude hasta 10 años de aportes jubilarse hasta 2008 con un pago a cuenta, que consiste en un descuento mensual del 29% de los haberes hasta cancelar el saldo.
Según el dato de Anses, sólo el 10% de las mujeres y el 30% de los hombres llegan a las edades de retiro (60 y 65 años) tienen los aportes hechos. Desde que venció la moratoria, en enero, hay 800 mil personas que no pueden iniciar sus trámites jubilatorios.
Podría hacerlo con esta nueva prórroga, que fue presentada en el Senado por los kirchneristas Anabel Fernández Sagasti y Héctor Recalde, contempla además la posibilidad de cancelar los aportes a quienes estén a 10 años de jubilarse. De prosperar, esta medida permitiría ingresos a Anses y aliviaría el costo fiscal, que para Juntos por el Cambio hace imposible de votar la ley.
Un informe de la oficina de presupuesto calculó el costo fiscal en 0.42% del PBI, a partir de datos de Economía que contemplan solo el gasto inicial. » Es muy poquito, porque el rubro Seguridad Social tiene un gasto de 9,5 del PBI», lo minimizó Carlos Heller, miembro informante del oficialismo.
Después de garantizar el quórum, Alejandro «Topo» Rodríguez sostuvo que el anterior gobierno y el actual aumentaron el trabajo no registrado y así no hay Anses que aguante. «¿Qué dice el supuesto gobierno peronista de hoy? Que estamos soportando sobre el mercado laboral y sobre el régimen previsional los efectos de la pandemia. No es cierto».
Juntos por el Cambio se unió
en el rechazo aunque con posiciones disímiles: Evolución radical, la bancada identificada con Martín Lousteau, propuso una jubilación proporcional a los aportes realizados.
Mientras que el PRO y la UCR se mantuvieron firmes en eliminar las moratorias, por considerar que ya es suficiente con la pensión universal para la vejez, la PUAM, que permite cobrar un jubilación del 80% del haber mínimo a las personas de 65 años que no perciban otro ingreso.
«Si no están los aportes, hay costo fiscal. Así después se recupere, tenes que invertir y hay un problema de flujo permanente. Por eso lo mejor es que cada beneficio surja del aporte realizado. Y si no tiene aportes, cobra la Puam», sostuvo Alejandro Cacace, de Evolución.
Pidió que en tal caso se considere el caso de las mujeres de 60 años, que no tienen pensión pero sí accederían a la moratoria. «Nos dicen que la Puam es menos que una jubilación, pero la moratoria también, porque está el descuento».
Para el PRO el sistema previsional no puede tener un peso más de gasto y pidió rediscutirlo. «El segundo fracaso de diseño es la arbitrariedad de los 30 años de aporte. No puede ser que un argentino que aportó 29 no obtenga su jubilación o un a Puam», se indignó Luciano Laspina.
La sesión empezó y terminó con un conflicto entre la oposición y el secretario general del sindicato de empleados de Anses, Carlos Ortega. Le recriminaron que hace un mes empapeló el organismo con fotos de cada diputado que rechaza la moratoria, entre ellos la de quienes finalmente dieron quórum y la garantizaron.
Ortega se fue por pedido de Camaño y Silvia Lospennato, del PRO, quien antes de hacer el discurso de cierre lo vio otra vez en los palcos y le pidió a Cecilia Moreau que lo retirara. El sindicalista volvió a irse, pero quedaron sus pares que celebraron la ley con la marcha peronista. La cantaron de principio a fin.
Máximo Kirchner se metió en la polémica. «Ustedes se sienten mal con un cartel. Imagínense como nos sentimos nosotros cuando le gatillan en la cabeza a la vicepresidenta», chicaneó Máximo Kirchner. La lilita Marina Stilman pidió que se rectifique, pero nadie le siguió el juego. Las cartas estaban echadas.
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