Spagnuolo desconfía hasta de su propia sombra tras la declaración de Cerimedo

El extitular de la ANDIS echó a sus abogados. «Cree que todos están en contra de él», remarcan quienes lo vieron los últimos días. Los últimos avances en la investigación.

Diego Spagnuolo se enfrenta a la que tal vez sea una de las decisiones más importantes de su vida entre la desconfianza y la paranoia. Que la causa de los audios de las coimas se mantenga en secreto de sumario lo beneficia al darle tiempo para calcular una jugada que lo deje lo mejor parado posible. Pero la incertidumbre de no saber qué pruebas hay dentro de ese explosivo expediente no deja de ser un elemento que le juega en contra, más frente al factor sorpresa con el que trabaja el fiscal Franco Picardi.

La duda sobre si hablar o no y en qué momento hacerlo lo encuentra sumido en la desconfianza de todo y de todos. Por momentos, dicen quienes lo han tratado últimamente, ese sentimiento ha escalado directamente hasta la paranoia, hasta llevarlo a pensar que “todo el mundo está en contra de él”.

El viernes, a las cinco y media de la tarde, cuando llegó a Comodoro Py un breve escrito en el que los abogados Juan Aráoz de Lamadrid e Ignacio Rada Schultze formalizaron su renuncia a la defensa del extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), la situación no daba para más. Si bien alegaron «motivos personales», lo que pudo saber este medio es que ya habían pasado “varias cosas” que pusieron en jaque el ida y vuelta entre defensores y defendido.

Aparentemente, esos sentimientos de desconfianza y del protagonista de los audios de las coimas también los tenía con sus abogados. De acuerdo a lo que pudo reconstruir este medio, no lograron establecer una relación de confianza mutua como para seguir con la defensa. Spagnuolo
hablaba del caso con “otras personas” y no mostraba confianza en las recomendaciones que le daban sus abogados, a quienes aparentemente “no les decía todo”.

La situaciones se acumularon. El vínculo profesional detonó después de una sucesión de episodios no menores para la situación de Spagnuolo que en los audios con su voz  describió un presunto entramado de sobreprecios en la compra de medicamentos a la droguería Suizo Argentina, de los cuales se quedaría con un porcentaje la secretaria general de la Presidencia Karina Milei.

Horas antes del escrito de renuncia, la Policía de la Ciudad había allanado una caja de seguridad bancaria de Spagnuolo en la que encontraron 80 mil dólares y 2 mil euros, más del triple de lo que declaró ante la Oficina Anticorrupción el 29 de julio.

El jueves, el exfuncionario que supo ser confidente del presidente Javier Milei se había enterado de la sorpresiva declaración testimonial de Fernando Cerimedo, el especialista en comunicación que tuvo un rol preponderante en la campaña que catapultó a La Libertad Avanza al Ejecutivo.

El contenido de su declaración bajo juramento de decir verdad no se conoce. Pero trascendió que habría ratificado lo que dijo en una entrevista en Radio Con Vos: que no grabó a Spagnuolo pero que el ex titular de la Andis le había contado «en cuotas» el mismo entramado que describió en los audios que dieron origen a la investigación.

La declaración tuvo un impacto insoslayable. Por un lado sirvió para echar por tierra la hipótesis deslizada desde algunos sectores de la Casa Rosada de que Spagnuolo se grabó a sí mismo. Por otra parte, el testimonio apuntala aún más un proceso investigativo que los Kovalivker -Jonathan, Emanuel y Eduardo, dueños de la droguería investigada- buscan desacreditar mediante un pedido de nulidad del que habrá novedades en los próximos días.

A mediados de semana próxima vencerá la prórroga del secreto de sumario. Entre los defensores hay expectativa respecto de qué decidirá el fiscal, básicamente porque todo lo que saben de la causa es lo que trasciende en los medios. Y frente al nivel de recopilación de pruebas y su posterior análisis, algunos creen que en los próximos días podrían acceder al expediente.

Al cierre de esta edición, Tiempo supo que el fiscal no descartaba una nueva prórroga por diez días hábiles.

En tanto, Milei sigue sin denunciar a Spagnuolo tal como dijo que haría semanas atrás en su primera y única referencia al escándalo. Claro que el factor sorpresa y el nivel de avance con el que trabaja el fiscal descoloca a un gobierno que luce desorientado en prácticamente todos los sentidos.

Paralelamente, la causa sigue ramificándose. En los últimos días llegó a San Isidro el expediente que tiene procesado al jefe de seguridad de Nordelta, Ariel de Vincentis, a partir de la teoría del juez Sebastián Casanello de que habría facilitado la salida de Jonathan Kovalivker del barrio en el que vive el día que lo fueron a allanar.

Está pendiente el sorteo de la Sala de la Cámara Federal que definirá frente a la apelación de su defensa, pero este medio supo que el caso será investigado por el juez federal Lino Mirabelli y el fiscal Federico Domínguez, ante la incompetencia declarada en Comodoro Py.

Por otro lado, las complicaciones a las que se enfrentó la Policía de la Ciudad en los allanamientos del 29 de agosto a la sede de la droguería Suizo Argentina, donde habría habido resistencia de parte de la empresa para entregar mails corporativos, disparó otra denuncia de Casanello. El apuntado es el jefe de sistemas de la firma, un hombre de apellido Díaz que será investigado por el juez Julián Ercolini  «