Efectivo de la Policía Federal Argentina, Simón fue uno de los torturadores que operó en el Centro de Detención Clandestino «Olimpo», ubicado sobre la calle Ramón Falcón, entre Olivera y Lacarra.
El Turco Julián fue de los primeros represores que llegó a juicio, debido a que fue en su causa donde se declaró la inconstitucionalidad de las leyes de punto final y obediencia debida.
En 2006, se hizo el primer juicio en su contra, donde fue condenado a 25 años de prisión por el secuestro, tortura y desaparición forzada, en noviembre de 1978, de José Poblete y Gertrudis Hlaczik y el secuestro de su hija Claudia, por entonces de ocho meses de vida.
En ese juicio, el tribunal decidió exhibir una entrevista televisiva que había dado Simón en 1995, en plena vigencia de las leyes que le otorgaron años de impunidad. “El criterio general era matar a todo el mundo”, había declarado, en referencia a lo que había pasado con las personas secuestradas. También había asegurado que volvería a hacer cada una de las cosas que hizo, cuando se le preguntó por su rol dentro de la dictadura.
En diciembre de 2010, fue su primera condena a perpetua por lo sucedido en el circuito represivo conformado por los centros “Atlético-Banco-Olimpo”. «Homicidio calificado por su comisión con alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas, en concurso ideal con el de privación ilegítima de la libertad agravada por haber sido cometida por funcionario público con abuso de sus funciones o sin las formalidades prescriptas por la ley, por mediar violencia y amenazas, como así también por su duración de más de un mes, en concurso ideal con el de imposición de tormentos.» Esos fueron los delitos que encontraron los jueces para describir el horror cometido por el Turco Julián.
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