Cómo actúan los grupos de choque del gobierno en las Casas de Estudios.
La Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) fue escenario de un deliberado y premeditado ataque por parte de un grupo de activistas que responden al presidente Javier Milei que irrumpió en la sede de Bernal para romper una asamblea de la comunidad educativa que analizaba los pasos a seguir para los próximos días frente al veto del gobierno a la Ley de Financiamiento de la Educación Pública. Los agresores no pertenecían a la institución y utilizaron gas pimienta que, según aseguraron ellos mismos, fue facilitado por el Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich.
En diálogo con la periodista María O´Donnell, el rector de la UNQ, Alejandro Villar, contó que “en 35 años este fue el hecho de violencia más importante que ha tenido la universidad”. Según pudo reconstruir, ante la presencia de “estas personas que estaban en una actitud intimidante, ajenas a la institución, los estudiantes proponen que se desarrolle una votación por parte del resto de la asamblea para ver si se permite que continúen estando allí o no”.
“Se vota por unanimidad que se tienen que retirar”, añade el rector, quien describe que entonces los intrusos “toman un megáfono y empiezan a gritar. Como no se van y no los dejan sesionar, porque gritan con megáfono, empiezan a correrlos. En ese momento cuando se están empezando a ir, uno de ellos que está claramente identificado toma de una mochila gas pimienta y lo lanza a quienes venían detrás”.
El rector se refiere al muchacho que fue captado en las imágenes de los celulares de los estudiantes en el momento justo en el que le arroja gas pimienta a los presentes, siendo que había unas 500 personas en un lugar cerrado. Segundos antes, el agresor ya había realizado la misma maniobra frente a otras personas, sobre todo mujeres, de las cuales varias de ellas debieron recibir atención médica.
En un comunicado de la UNQ, establecen que “esa misma persona estuvo en la puerta de Télam solicitando el cierre de la agencia estatal y es quien, minutos después de arrojar el gas, se fotografió en las inmediaciones de nuestra Universidad fingiendo haber sido agredido”. Usuarios de las redes sociales recordaron que se trata del mismo joven que fue echado en un homenaje de los exCombatientes de Malvinas por portar la bandera de Gadsen, de origen estadounidense, que los seguidores de Milei adoptaron como propia.
Desde la Casa de Altos Estudios vincularon a los agresores con la concejal local de La Libertad Avanza (LLA), Estefanía Albasetti, quien ya venía arengando a su tropa sobre posibles embates en las calles en contra de manifestantes que le reclaman al gobierno que cese con el ajuste. Por caso, hace dos semanas le respondió con un elocuente mensaje al periodista Jon Heguier, quien había adelantado que la marcha universitaria del 2 de octubre iba “a ser impresionante en todo el país”. “No lleven niños porque vamos a repartir palo y gas pimienta”, advertía la concejal neoliberal.
Tras el análisis de las imágenes, las víctimas alcanzaron a identificar a uno de los cabecillas de la fuerza de choque. Se trataría de Julián Rodríguez, militante de la Juventud de LLA de Quilmes y puntero de la concejal Albasetti, quien también se apersonó para romper la asamblea universitaria. “Es ilegal tomar la UNQ. Vamos a atacar”, le había escrito a otras personas según capturas de imágenes que trascendieron en Twitter.
Más grave aún, es la referencia que hacen en un grupo de militantes de Milei en donde se precisa que la cartera que conduce Bullrich les provee los elementos para agredir a quienes realizan reclamos al gobierno. “Desde el propio Ministerio de Seguridad, están hablando de posibles conflictos. Yo les conté, están repartiendo gas pimienta y picanas a gente como yo o de la escena… Yo les puedo conseguir…”, mensajeó un tal Dylons, quien azuza: “Arrancamos siendo pocos pero pusimos un presidente, que la cantidad no te sea preocupación amigo”. Nicolás G. le responde: “Si queremos entrar a la UnPaz es necesario una buena cantidad. Pero trabajo de hormiga. Vamos a ir sumando”.
Por si fuera poco y lejos de desalentar estas provocaciones de LLA, el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, vinculó directamente a la toma de las universidades con la represión durante la última dictadura cívico militar. «En la década del ’70 también se tomaban universidades. Se tomaban universidades y después se generaba un movimiento que utilizaba la violencia para expresar sus posiciones, se convirtió en guerrilla subversiva y generó después la represión«, expresó el funcionario nacional, quizá el más moderado del gabinete.
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