El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, anunció en su cuenta de X que el Tesoro Nacional intervendrá en el mercado de cambios para frenar la suba del dólar.
Luego de varios días de incertidumbre y versiones cruzadas, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, anunció en su cuenta de X que el Tesoro nacional intervendrá en el mercado de cambios para frenar la suba del dólar.
«El Tesoro Nacional anuncia que a partir del día de la fecha participará en el mercado libre de cambios con el fin de contribuir a su liquidez y normal funcionamiento», afirmó Quirno. El lunes, el dólar oficial cerró en el nivel récord, a 1385 pesos, y quedó próximo a los 1460 pesos que es el límite superior de la banda de flotación administrada.
Ni el ministro de Economía, Luis Caputo, ni el titular del Banco Central, Santiago Bausili, hicieron declaración alguna, al menos hasta la primera tarde de este martes. De cualquier manera, la decisión rompe con un credo que el equipo económico rezaba en cuanta oportunidad se le presentaba y que era que, a partir del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional de abril pasado, el dólar flota entre las bandas establecidas y el gobierno solo intervendría en el mercado cambiario si el valor de la divisa tocase alguno de esos dos límites, superior e inferior.
«¡Flota! ¡Flota! ¡El dólar flota!», habían gritado el 31 de julio el presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo junto a todo el equipo de Economía en el canal de streaming Neura.
Sospechas
Para algunos analistas, la decisión del gobierno es un blanqueo de algo que ya venía pasando. El último fin de semana, la consultora 1816 afirmó que existían elementos que permitían suponer que el Tesoro estaba vendiendo dólares en el mercado de cambios. Si bien la cifra no era muy abultada, el cálculo era de unos U$S 250 millones, la intervención habría sucedido en un momento en el que era muy fuerte la tendencia alcista en el valor de la divisa.
Posteriormente, La Nación confirmó esas ventas a partir de una declaración de un funcionario que no identificó, quien admitió las ventas para satisfacer la demanda de algunas provincias que necesitaban los dólares para pagar vencimientos de deuda en moneda extranjera.
Las ventas habrían tenido por objeto evitar que la demanda de las provincias pusiera presión a un mercado cambiario ya alterado por el poco efecto de las acciones tomadas tanto por Economía como el Banco Central para mantener el precio del dólar en el medio de la banda.
Así, el BCRA habría perdido alrededor de 1 billón de pesos desde junio con sus apuestas perdidas en el mercado de futuros, en el que vende coberturas con un precio del billete verde por debajo de las expectativas del mercado. Y así acumula tres meses con derrotas en ese casino.
Por otro lado, la suba de los encajes (dinero de los bancos inmovilizado en el BCRA) desde el 40% de junio hasta el 53% actual, para que no haya pesos boyando que vayan al dólar no logró su objetivo y sí derivó en un alza sustancial de las tasas de interés, especialmente las destinadas a créditos a las personas (tarjetas y préstamos personales), los préstamos prendarios (para autos o motos) y a las pymes (descuento de documentos y descubiertos).
En este cuadro, la decisión del gobierno de rifar los dólares del Tesoro para mantener quieto el tipo de cambio no fue tomada favorablemente entre los analistas ya que se parte de la base de que las reservas netas del Banco Central son negativas en alrededor de U$S 8000 millones y el Tesoro solo cuenta con U$S 1700 millones en una cuenta en el BCRA.
El gobierno y sus voceros responden que se trata de una medida «transitoria» hasta que «se normalice» el mercado cambiario, cosa que sucedería tras el triunfo electoral que descuentan en octubre. De allí su insistencia en que se trata apenas del «riesgo kuka».
Sin embargo, esa mirada soslaya que el Banco Central no acumuló reservas ni antes ni después del acuerdo con el FMI de abril, que el volumen de vencimientos de deuda en dólares del año próximo supera cualquier previsión realista de acumulación de reservas en los próximos 18 meses, y que así el gobierno triunfe en octubre, la marcha actual de la economía es hacia abajo, con lo que la recuperación de la actividad tardaría en concretarse.
Un termómetro que marca la magnitud de estos reparos está en el valor del dólar futuro. El 31 de julio, los futuros tocaban el techo superior de la banda recién en diciembre. Un mes después, el valor del dólar futuro tocaba el mismo techo en noviembre. Es decir, para los inversores, la certeza de una escalada del dólar se consolida con el paso del tiempo.
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