Roma arde y el streaming no para: el espectáculo presidencial en tiempos de crisis

Mientras el país se consume en una nueva ola de aumentos que golpea el bolsillo de millones, el presidente Javier Milei se entrega a maratones de streaming que rozan lo performático. En una entrevista de más de cuatro horas y cuarenta minutos con Alejandro Fantino y otra de seis horas con el Gordo Dan el mandatario cantó, insultó, manipuló títeres y se comparó con Messi y Sarmiento.

 

Por Jesús Marcelo Delise [email protected]

Todo pasaba mientras el dólar rosaba los $1.400 y la inflación real desmentían los números oficiales.

Milei, interrumpió la entrevista para firmar un decreto “antes de la medianoche”, como si fuera parte de un guión improvisado.

Actuó como ventrílocuo de un muñeco libertario, en una escena digna de Plaza Sésamo, que luego fue censurada en la desgravación oficial.

En medio del show, culpó a su vicepresidenta Victoria Villarruel por la corrida cambiaria, llamándola “traidora”.

Javier Milei detuvo una entrevista en vivo para firmar un decreto que casi  olvida | Canal ELa entrevista en Neura no sólo expuso el estilo performático de Milei, sino también el desconcierto de Alejandro Fantino, quien pasó de anfitrión entusiasta a testigo incómodo. En un momento clave, cuando el presidente se levanta para firmar un decreto en vivo, mientras que atonito Fantino se queda paralizado.

Al regresar, Milei dice:

-“Y sí, man, laburo de presidente”,

como si la gestión fuera un sketch interrumpido por la burocracia.

Pero lo más revelador ocurre cuando Fantino, visiblemente desbordado por el tono errático del mandatario, le dice:

-“No voy a quedar pegado con esto.”

La frase, dicha con una mezcla de nerviosismo y distancia, marca un quiebre inevitablemente, Fantino, quien había construido el programa como un espacio de camaradería y validación, se veía arrastrado por una dinámica que ya no controlaba, su gesto corporal levantarse, mirar hacia fuera de cámara, intentar recuperar el hilo, revelaba algo más profundo, sin lugar a duda, se trata del miedo de quedar atrapado en un espectáculo que se desbordaba.

Fantino paso de complicidad a incomodidad, como si el personaje que ayudó a construir se le hubiera escapado de las manos.

Sus frases no son sólo una defensa personal, es una señal de alarma sobre los límites del periodismo cuando se convierte en plataforma de poder sin contra pregunta.

El conductor, que en otras ocasiones se emocionó con Milei y lo llamó “padre de la criatura”, ahora se enfrenta a la criatura desatada.

Este momento es clave para entender cómo el espectáculo político puede devorar incluso a sus aliados mediáticos.

Javier Milei frenó una entrevista en vivo para firmar un decreto: “Y sí man, laburo de presidente”

 

La economía, entre el relato y la realidad

El Gobierno celebra una inflación de 1,3% a 1,9%, pero en agosto:

El transporte público sube más del 6%, con el subte a $1.032.

La electricidad aumenta un 2%, el gas entre 2,6% y 2,8%, y el agua un 1%.

Las prepagas suben hasta 1,95%, y los alquileres bajo contratos antiguos se ajustan un 121,6%.

¿Cómo se sostiene el relato de desinflación cuando el changuito y la SUBE cuentan otra historia?

La Roma de Milei Como Nerón tocando la lira mientras Roma ardía, Milei se refugia en la camaradería masculina de los estudios de streaming, mientras el país enfrenta una inflación encubierta, una crisis de representación y un vaciamiento institucional sin precedentes.

El presidente no gobierna: actúa. Y en ese acto, se desdibuja la frontera entre lo real y lo simbólico, entre la gestión y el espectáculo.

 

“Caputo toma las medidas económicas y Patricia los espera en la calle”

Frases como estas no son guiones para un show mediático por streaming sino más bien una alarma que nos sugiere, el colapso está a la vuelta de la esquina.

¿Nos deberíamos preguntar si buscamos realmente construir un coliseo romano y llenarlo de todos aquellos que tienen una mirada diferente a políticas que no solo son nada funcionales en nuestro país, sino que han fracasado en toda intentona de posicionarse en el mundo?, o nos permitiremos entender a la democracia como un sistema que funciona y consigue un equilibrio a la hora de tomar decisiones en un país tan complejo como la argentina.

El Show no siempre debe continuar, el país arde en aumentos, en incertidumbre, en silencios que duelen, mientras tanto, el presidente canta, insulta, improvisa títeres y firma decretos entre risas, y algunos periodistas, en lugar de encender la lámpara de la verdad, se limitan a sostener el telón del espectáculo.

Yo espero ver periodistas menos sonrojados y más comprometidos con la realidad.

¿Llegará el día en que trabajaremos para construir la verdad desde la investigación y la repregunta, sin la necesidad de la aprobación presidencial ni el guiño del poder?, o simplemente caeremos en el mundo de los Viales del periodismo farsante, ese que se disfraza de oficio, pero se premia con el Martín Fierro de los incapaces.

 

Si el periodismo no incomoda, no interroga, no revela, entonces, no es periodismo.
Y si el poder sólo se rodea de títeres, que al menos no nos encuentre aplaudiendo.