Netanyahu, con la idea fija de un cambio de régimen en Irán

El primer ministro israelí apela a las mujeres y al «pueblo iraní» para poner fin a la República Islámica. Tiene el apoyo del hijo del Sha Pahlavi, derrocado en 1979. La ambivalencia de Trump no ayuda. Pide que Teherán negocie y al mismo tiempo, que todo el mundo evacúe la ciudad.

Luego de cuatro días de intensos bombardeos sobre Teherán y plantas nucleares iraníes y las principales ciudades de Israel, no aparece modo de dar marcha atrás en una escalada que se convirtió en la primera guerra abierta de Occidente contra un país del grupo BRICS. Una guerra de consecuencias quizás devastadoras y que se da en dos escenarios concretos: por un lado los centros poblados y censtras estratégicos, donde resuenan con regularidad alarmas y caen misiles y drones, y por el otro, la narrativa para dividir la sociedad iraní y retrotraer el país a 1979. Más específicamente, producir un cambio de régimen en una nación central para las aspiraciones geopolíticas occidentales.

Para lograr tan amplios objetivos, el gobierno ultraderechista de Benjamin Netanyahu apela a la población iraní y puntualmente a las mujeres, mientras que el príncipe Reza Ciro Pahlavi, hijo del monarca destutuido hace 46 años, se ofrece de garante de una transición hacia una democracia que, a decir verdad, no se puede decir que existiera cuando el padre gobernaba con mano de hierro la monarquía. Este mismo viernes, cuando se desataba el primer ataque sobre la capital iraní, ambos desnudaron sus intenciones en sendos posteos en sus respectivas cuentas en la red X.

Primero, el Príncipe. “Mi mensaje a las fuerzas militares, policiales y de seguridad es claro: este régimen y sus líderes corruptos e incompetentes no valoran sus vidas ni a nuestro Irán. Aléjense de ellos y únanse al pueblo. La lucha de la nación iraní contra el régimen destructivo de la República Islámica consiste en recuperar Irán y reconstruirlo. La solución es derrocar a la República Islámica mediante protestas callejeras y huelgas nacionales. Estoy contigo en estos momentos difíciles. Estamos todos juntos en esta lucha y ganaremos”, dice el descendiente de la dinastía Pahlavi

Lo sigue Netanyahu: “Como dije ayer y muchas veces antes, la lucha de Israel no es contra el pueblo iraní. Nuestra lucha es contra el régimen islámico asesino que Los oprime y empobrece. (…) El pueblo de Irán y el pueblo de Israel han sido amigos desde la época de Ciro el Grande. Ha llegado el momento de que el pueblo de Irán se una en torno a su bandera y su patrimonio histórico y luche por su libertad”, afirma en un texto en persa. Y alecciona: “esta es tu oportunidad de levantarte y hacer oír tu voz. Mujer, Vida, Libertad. Mujer, vida, libertad”, que es el lema de las manifestaciones por los derechos de las mujeres que se registraron en Irán desde la muerte de la joven Masha Amini, fallecida en una comisaria donde había sido alojada por supuestamente violar reglas de vestimenta islámicas.

Muy activo para la prensa occidental, Netanyahu insistió en que los dos principales objetivos en esta guerra son desarticular el sistema nuclear y misilístico persa. Ante el canal Iran International, con sede en Londres, abundó en su estrategia política, que no pasa por fiarmar un acuerdo con Teherán. “La campaña militar de Israel contra Irán le está dando a su pueblo la oportunidad de derrocar a la República Islámica”, dijo, y volvió a recordar el caso de Masha Amini. Recurrió en otro reportaje a un frase sugerente: «La nación de Irán y la nación de Israel han sido amigas desde la época de Ciro el Grande». Pero no evitó señalar que ”matar a Ali Jameneí, el líder supremo iraní pondría fin al conflicto”.

Con un gobierno ahora titubeante como el de Donald Trump, que invita a una mesa de diálogo mientras permite la incursión israelí en Irán, proliferan mensajes cruzados entre Tel Aviv y Washington. El inquilino de la Casa Blanca rechazó el asesinato del ayatoláh, algo que al israelí no le cayó del todo bien. Por eso le dejó un aviso inquietante de cara a sus votantes. “Hoy es Tel Aviv, mañana es Nueva York (…) Entiendo ‘América Primero’. No entiendo ‘América Muerta’».

Trump quedó atrapado así en uno de los ejes de su campaña, el principal de ellos en política exterior: terminar con las guerras en Ucrania y Medio Oriente. Volodimir Zelenski ya le mostró una fuerte sociedad con el británico Keir Starmer, el francés Emmanuel Macron y el alemán Friedrich Merz para una guerra europea contra Rusia. El gobierno ultraderechista y teocrático de Netanyahu, a su vez, se percibe cercano al viejo sueño de construir el Gran Israel. El país hebreo es una cuña occidental en el mundo musulmán y, como poseedor de armamento nuclear, no quiere que ninguno de sus vecinos tenga la mínima capacidad de hacerle sombra. Por eso, así como destruyó las plantas nucleares que estaban erigiendo los Al Assad en Siria y Saddam Hussein en Irak, ahora está intentando hacer lo propio con Irán.

La otra cuestión

El último cambio de régimen en la región, fue el que se concretó el 8 de diciembre de 2024, con la llegada al poder en Damasco del grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS), dirigido por el entonces líder rebelde Abu Mohamed al Jolani, ahora presidente de transición de saco y corbata con el nombre de Ahmed al-Sharaa. El «rebelde» ya le abrió los cielos a los aviones israelíes para atacar Irán, corroborando lo que se dijo desde siempre sobre la relación entre grupos yihadistas, el Mossad y la CIA.

A todo esto, la inteligencia israelí fue clave para los ataques iniciales sobre Irán. El propio gobierno persa reconoció que se había visto sorprendido porque habían logrado introducir dentro del país los lanzamisiles, para los que los sistemas de intercepción no estaban preparados. Además de que lograron bloquear las comunicaciones del suficiente tiempo como para no dar tiempo a una respuesta veloz. Por otro lado, los asesinatos de la cúpula militar y los científicos del área nuclear claves es un golpe de importancia. Teherán había mostrado informes secretos israelíes como un logro de sus servicios. La respuesta de Israel es a esta hora más impactante. Este lunes fusilaron a un hombre acusado de espiar para la Mossad y detuvieron a otros 30 sospechosos.

Volviendo a Trump: Sus asesores ideológicos más importantes, Steve Bannon y Tucker Carlson, están advirtiéndole por todos los medios que no caiga en la trampa de Netanyahu, que lo quiere arrastrar a una guerra de la que no podrá salir, como ya le ocurrió en Irak y Afganistán a George W Bush. Hasta al senador izquierdista Bernie Sanders le dijo que «no debe dejarse arrastrar a otra guerra ilegal de Netanyahu”. Pero hay que ver cuánto aguante tiene ante las presiones del “Estado Profundo” y el lobby proisraelí, con influencia en medios y dirigencia política bipartidista.

Pruebas de ambivalencia trumpista: en la cumbre del grupo G7 que se desarrolla en Canadá, dijo que la guerra en Ucrania no se hubiera producido si no se hubiera expulsado a Rusia del grupo G8. Pero la vocera de la cancillería rusa, Maria Zajarova, informó este lunes que Washington había cancelado las consultas con Moscú sobre la normalización del trabajo de las embajadas.

Se puede resumir en un posteo en su cuenta de la red Truth en que por un lado pretende que Irán firme un acuerdo nuclear según sus términos y por el otro dice que todo el mundo debe evacuar Teheran.

¿Quiere decir que habrá un bombardeo masivo o qué?