Argentina neutral o argentina en el ojo de la tormenta.

Israel ha sido acusado de incumplir tratados internacionales al expandir asentamientos ilegales y bloquear ayuda humanitaria en Gaza. También se han denunciado restricciones a la sociedad civil palestina y detenciones arbitrarias

Israel ha estado en conflicto con la población palestina y los países árabes vecinos. La guerra de 1948, en la que Israel enfrentó a Egipto, Siria, Líbano, Jordania e Irak, resultó en la expulsión de cientos de miles de palestinos, un evento conocido como la Nakba (catástrofe). A lo largo de las décadas, el conflicto ha evolucionado con guerras, ocupaciones y acuerdos de paz fallidos.

Organizaciones como Amnistía Internacional y la ONU han denunciado que las acciones de Israel en Gaza constituyen un genocidio, señalando la destrucción de infraestructura, el bloqueo de ayuda humanitaria y la muerte de miles de civiles palestinos.

Para comprender bien el conflicto entre Israel y Palestina, es necesario explorar varios niveles de la historia y no dejarse llevar por reflexiones barata o imposiciones rebuscadas.

Es necesario adentrarse en la historia desde la Declaración de Balfour (1917) hasta la partición de Palestina por la ONU en 1947, pasando por la creación del Estado de Israel en 1948 y la Nakba, que marcó la expulsión de cientos de miles de palestinos.

No hay que olvidarse de las guerra árabe-israelí de 1948, la Guerra de los Seis Días (1967), la ocupación de Cisjordania y Gaza, y los acuerdos de paz fallidos como Oslo (1993).

Tampoco podemos dejar pasar las resoluciones de La ONU donde ha emitido múltiples resoluciones condenando la ocupación israelí, y organismos como la Corte Internacional de Justicia han señalado violaciones al derecho internacional, como la construcción del muro en Cisjordania.

Históricamente, Argentina ha mantenido una posición de neutralidad en el conflicto, condenando los abusos de poder en foros internacionales como la ONU.

Sin embargo, el presidente Javier Milei ha decidido alinearse abiertamente con Israel, lo que marca un giro en la política exterior argentina.

Milei ha expresado su admiración por el Estado israelí y ha reafirmado el vínculo bilateral, sin consultar a la ciudadanía sobre este cambio de postura.

Este alineamiento podría generar tensiones diplomáticas y afectar la estabilidad interna del país, especialmente considerando que Argentina tiene una importante comunidad árabe y ha sido históricamente un mediador en conflictos internacionales.

La falta de debate público sobre esta decisión deja a muchos argentinos en una situación de incertidumbre respecto al futuro de la política exterior y su impacto en la paz nacional.

Todavía tenemos muy fresco los atentados donde Argentina ha sido víctima. El ataque a la Embajada de Israel en Buenos Aires en 1992 y el atentado contra la AMIA en 1994, ambos atribuidos a grupos vinculados a Irán y Hezbollah, marcaron un antes y un después en la política de seguridad del país y en su relación con Medio Oriente.

Javier Milei ha adoptado una postura de alineamiento con Israel, lo que ha generado tensiones diplomáticas. Un diario iraní, el Tehran Times, publicó una advertencia al gobierno argentino, señalando que lamentaría su enemistad con Irán debido a su apoyo a Israel y la designación de Hamas como organización terrorista.

Esta declaración se dio en el contexto del 30 aniversario del atentado a la AMIA, lo que refuerza la sensibilidad del tema en Argentina.

Lo Cierto es que Milei ha reafirmado su respaldo a Israel en reuniones con su gabinete y el embajador israelí en Argentina, Eyal Sela, donde se discutieron posibles amenazas terroristas y la seguridad nacional. Este alineamiento con Israel también se enmarca en su acercamiento a Estados Unidos, siguiendo una política exterior que busca fortalecer la relación con el bloque occidental.

Este giro en la política argentina plantea interrogantes sobre su impacto en la estabilidad interna y en la seguridad nacional. Históricamente, Argentina ha mantenido una postura más equilibrada en el conflicto de Medio Oriente, condenando los abusos de poder sin alinearse completamente con ninguna de las partes. La decisión de Milei de modificar esta postura sin un debate público deja a muchos argentinos en una situación de incertidumbre.

Argentina neutral o argentina en el ojo de la tormenta.

La cuestión de la neutralidad o el involucramiento activo de Argentina en el conflicto entre Israel y Palestina es un dilema complejo con profundas implicaciones geopolíticas, económicas y de seguridad. Históricamente, Argentina ha mantenido una postura diplomática equilibrada, condenando las violaciones a los derechos humanos sin alinearse por completo con ninguna de las partes y estas políticas ha permitido al país desempeñar un rol moderador en organismos internacionales y preservar relaciones estratégicas con diversas naciones.

Sin embargo, el gobierno de Javier Milei ha optado por un alineamiento explícito con Israel, lo que ha generado tensiones diplomáticas, sobre todo con naciones de Medio Oriente que han expresado su descontento. Además, Argentina ha recibido advertencias y amenazas, lo que plantea preocupaciones sobre la seguridad nacional y los riesgos de represalias en suelo argentino.

Si Argentina se mantiene neutral, podría continuar promoviendo el diálogo diplomático y evitar conflictos innecesarios, protegiendo su estabilidad interna, en cambio, si se involucra activamente, el país podría mejorar su relación con Estados Unidos e Israel, pero al mismo tiempo, quedar expuesto a riesgos que incluyen posibles sanciones comerciales, conflictos internos y hasta amenazas terroristas.

La pregunta clave es: ¿cuál es la mejor estrategia para garantizar la paz y la seguridad del país sin comprometer principios éticos fundamentales? ¿Argentina neutral o argentina en el ojo de la tormenta? eso ya poco importa al menos para Javier Milei.