MINTIÓ, DEVALUÓ Y ABRIÓ EL CEPO.

Al asumir Macri en 2015, inventaron lo de una «crisis asintomática», con la llegada de Jabier Milei la historia pasó por «crisis inevitable» que claro está,  servía como trampolín para culpar del shock que sufrirán las mayorías, producto de la hiperinflación y el hiper desempleo que estaría llegando producto de la motosierra y la licuadora dentro de una economía que comenzaba a construirse para unos pocos.

 

Por Jesús Marcelo Delise [email protected]

 

En aquel entonces, los datos eran falsos. «hiperinflación plantada» de 15.000 por ciento y una pobreza de 62 puntos, así como los del déficit fiscal y la deuda externa.

Pero la cadena de fantasmas construidas para falsificar una realidad, fue aún más de ciencia ficción y apareció el discurso de que el ajuste solo llegaría para la casta.

El efecto inmediato de la pérdida de empleo por despidos en el sector estatal y por el freno a la obra pública, sumado a la baja brutal de poder adquisitivo por la quita de subsidios y el aumento tarifario, trajo una recesión sin precedentes en el sector privado, emprendedores, cuentapropistas e incluso grandes empresas que sufrieron y seguirán sufriendo una caída sin precedente que se ira intensificando a  pocos horas de una segunda devaluación, mientras el país se sigue esclavizando frente al FMI por unos dólares que serán un cáncer sin cura, si no se procede a extirparlo a la brevedad.

La contracción económica que deviene del ajuste del gasto público y de la transferencia regresiva del ingreso, siempre tiene efectos en toda la economía directa o indirectamente de forma espiralizada a través de la contracción del consumo y por lo tanto, de la demanda agregada, afectando a la mayor parte de los sectores productivos y de la población en general. Este diagnóstico es trágico, pero podría alterarse si se pusiera un freno y se girara 180º porque está muy claro que nos estamos enfrentando a un  iceberg de proporciones nunca vista y hundirnos, ya es parte de una realidad que parece no podemos parar.

La «casta» no pagó el ajuste prometido por Javier Milei. Motosierra a jubilados, cierre de pymes, despidos en el sector público y privado.

Hay un aspecto crucial que suele pasar desapercibido tanto en el análisis político como en el sentir popular. Un Análisis que se repite hasta el hartazgo «Javier Milei prometió un ajuste y lo ha cumplido».

El discurso parece ser más que interesante y hasta tiene parámetros de bonito, pero, sin embargo, abraza una realidad defectuosa mientras omite ya sea intencionadamente para instalar una mentira, o porque el discurso ha logrado penetrar en la opinión pública factores que pintan panoramas muy confusos.

Javier Milei durante su campaña electoral, y aun hoy en el gobierno, afirma repetidamente que el ajuste lo «iba a pagar la política, no la gente».

Las mentiras siempre tendrán patas cortas y los hechos desmintieron siempre estos relatos falsificados transformados en promesa de ciencia ficción.

Si recordamos el informe del CEPA de noviembre de 2024, de cada $100 ajustados en los primeros diez meses de 2024, $24,2 provinieron de recortes en jubilaciones, $23,6 de la obra pública, $12,8 de prestaciones sociales (como asignaciones, pensiones no contributivas y prestaciones del PAMI), $12,7 de subsidios y $12,6 de los gastos de funcionamiento del Estado, principalmente salarios.

Los jubilados:  uno de los sectores más vulnerables y más castigado.

Limitación en el acceso a ciertos medicamentos gratuitos: sueldos estancados por debajo de la indigencia y desprecio por sus vidas a tal punto, que todos los miércoles, se los disciplina con Garrotes, gas pimienta y alguna que otras trompadas letales.

Los jubilados simplemente parecen ser que son parte de ese significante vacío denominado casta.

El recorte de la obra pública, un punto neurálgico que les permitió hacer caja para los ricos mientras el desempleo se transformaba en un asesino letal.

El recorte en la obra pública no puede pasar desapercibido ya que su paralización,  no se tradujo en la eliminación de la corrupción derivada de licitaciones poco transparentes, sino que detuvo la construcción de infraestructura clave para el desarrollo del país, como rutas, caminos y puentes entre otras tan importantes como las nombradas.

Este recorte llevó al cierre de más de 16.500 pequeñas y medianas empresas (pymes), mientras que las importaciones, mantiene altos impuestos a las empresas nacionales y fomenta un tipo de cambio poco competitivo, lo que hace que Argentina sea cada vez más cara para producir y vivir.

Como frutilla del postre, el ajuste de los gastos de funcionamiento del Estado, se presenta como una medida de optimización administrativa, pero la realidad nos cuenta una historia muy diferente.

Despido masivo de trabajadores estatales, se enmarca como un ajuste racional y se convierte en un desguace del aparato estatal. Esta contradicción, paradójicamente, sí es coherente con el discurso del presidente, quien en campaña afirmó que su objetivo era «dinamitar el Estado» sin olvidar que también se manifestó un topo que llego para destruir al estado desde adentro.

Está muy claro que tenemos un rumbo muy diferente, al que Milei prometió en campaña.

Yo recuerdo el tema de la dolarización como para dar un ejemplo y a Milei sentado frente a Fantino desafiante, ofreciéndole ver los datos en su teléfono, donde guardaba las oferta de grandes capitales dispuesto a invertir para una pronta dolarización de la economía y claro, no fue ni una ni la otra, porque a la promesa de la dolarización, tambien estaba la promesa de dinamitar el central, una contradicción muy significativa si tomamos en cuenta que en el último discurso, donde se celebra un préstamo de 20 mil millones de dólares poniendo en  practica otra mentira, si tenemos en cuenta que tambien hasta el hartazgo, se afirmaba que llegar el fondo era fracasar en políticas económica, o más bien irse a la b

Como decía, una contradicción muy significativa si tomamos en cuenta que en el último discurso del ministro de economía así como del presidente de la nación, el préstamo del FMI estaba destinado a fortalecer al central y al peso argentino y claro, uno queda muy descolocado con tan solo recordar el desprecio al peso y las insistentes promesas de incendiar al Banco Centras, un aguantadero de ratas que le roban al país.

No me quiero olvidar de una de las tomadas de pelos más importante de Javier Milei «La mentira de la pauta oficial cero» ya que el presidente repartió millones entre canales y periodistas amigos, mientras discrimino a otro y ataco con todo el desparpajo a quienes simplemente tuvieron la osadía de pensar distinto.

Desde el día en que asumió. El 10 de diciembre dijo que se terminaba, con la publicidad oficial para los medios.

¿Queremos ser libres? Seamos libres en serio: pauta cero, se envalentono ante el Congreso para explicar que «no había plata» ni para dar a conocer los actos del Gobierno en la prensa. Claro que solo fueron promesas de pacotilla, la realidad fue otra muy distinta.

Podríamos estar horas transitando por las mentiras del gobierno, pero claro, la zopa ya esta quemada y no vale la pena seguir llorando por lo que no fue, creo que es necesario preocuparnos y ocuparnos por lo que si será y afectará directamente  la vida de todo los argentinos.

El Gobierno y las condiciones que le impuso el Fondo Monetario Internacional.

El gobierno anunció la salida de los controles cambiarios, pero claro, modificó las estrategias económicas, sobre todo las que involucran con el dólar.

Hoy lunes, se pasará a un esquema de flotación del tipo de cambio entre 1000 y 1400 pesos, aunque a otro perro con ese hueso, la realidad dice que flotación las películas y el precio del dólar, no bajará de los 1400.

Lo cierto es que el equipo económico negó rotundamente que fuera a implementar este esquema en los últimos meses, pero la caída de las reservas internacionales se volvió insostenible.

El Banco Central llegó a vender en la última jornada hábil 398 millones de dólares, antes de habilitar la devaluación. El mercado abre sus puertas este lunes con un alza del tipo de cambio de al menos 15 por ciento.

Se festeja un nuevo endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional por 20 mil millones de dólares y las promesas de jamás devaluar, porque no están dispuesto a perjudicar los más humildes, quedo en el olvido.

Mientras la devaluación es una realidad, se difundió una inflación de casi 4 por ciento para marzo y así y todo, el equipo económico proclamó el final de los controles cambiarios para los ahorristas minoristas y de gran parte de los controles para las empresas.

Se trata claro está de otra de las exigencias del FMI para liberar los fondos del nuevo acuerdo y reforzar las reservas.

Desde el Palacio de Hacienda, se cansaron de repetir que el Fondo no tenía ninguna imposición para prestarle nuevos recursos al país, pero en la práctica, ocurrió claramente lo opuesto.

Otra devaluación golpea fuertemente el bolsillo de los argentinos, la realidad tiene sabor amargo y vaticina muchos conflictos por venir, sobre todo desde los sectores mas vulnerable.

Las riquezas naturales se transforman en moneda de cambio y todo esto, mientras tenemos un nuevo gobierno en la argentina llamado FMI que está muy alejado de las decisiones democráticas de un pueblo, más bien, yo me atrevería a decir que estamos en un nuevo modo de esclavización y salir de ese atropello institucional, nos tomará varias generaciones.