Bahía Blanca Duele.

Horas desesperantes, un diluvio que no da tregua y golpea con furia, calles convertidas en ríos y barrios que parece desaparecer mientras la angustia se hace cada vez más fuerte.

Primero se trata de hacer barricadas buscando detener la creciente, pero claro, darle pelea a la naturaleza es una lucha muy desigual, solo vale resistir.

Por Jesús Marcelo Delise [email protected]

Familias evacuadas ante la incesante caída de agua mientras la vida social de la ciudad se paraliza por completo. El acumulado de precipitaciones va creciendo milímetro a milímetros y las previsiones no son alentadoras, según los especialistas, se espera que la naturaleza siga haciendo de las suyas.

Las imágenes que llegan desde Bahía Blanca son fuertes, impactantes, golpean en el centro del alma. Escalofriantes videos se difunden a través de las redes sociales y los medios de comunicación no tardan en llegar a nosotros, con historias que nos paraliza.

El temporal que azotó a Bahía Blanca el pasado viernes sensibilizó y activó la solidaridad en todo el país, en cada rincón de nuestra argentina hubo un llamado de solidaridad y el país dijo presente.

En pocas horas, tonelada de alimentos y productos de higiene personal, limpieza y desinfección, Ropa, colchones, medicamentos, alimentos no perecederos se acumularon en parroquias, centros comunitarios club de barrios y otras entidades que abrieron sus puertas para ser un punto de partida.

Un escenario desolador se vive en Bahía Blanca tras el histórico temporal que azotó la ciudad, dejando a su paso un panorama de destrucción y caos. Autos volcados, vehículos chocados contra postes y semáforos, restos de autopartes esparcidos, piedras de diversos tamaños, ramas, árboles arrancados de raíz y barro por doquier son solo algunas de las imágenes que predominan en calles y avenidas.

Ante la catástrofe, la Casa Rosada parece aceptar el convite comprometiéndose a la hora de enviar recursos, pero claro por lo pronto Bahía blanca deberá esperar   porque en definitiva, el estado no está para tirar migas por el piso.

Por el momento, la cartera social que depende del gobierno de La Libertad Avanza (LLA) no dio señales, pero se supone que alguna respuesta dará. “Esperamos que esta vez el gobierno nacional trabajé coordinada y articuladamente con nosotros”, ansió Bianco durante una entrevista por Futurock.

En tanto, el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, ya viajó a Bahía Blanca. «Están todos los equipos comunicándose y yendo para allá» y el ministro está para «ponerse al frente de los equipos de Defensa Civil y coordinar con el municipio», indicó Bianco.

Además, reveló que desde el Ministerio de Desarrollo Social a cargo de Andrés Larroque se «le va a pedir asistencia a la ministra (Sandra) Pettovello con colchones, chapas, alimentos, agua potable y todo lo que se va a necesitar para la limpieza, reordenamientos y reconstrucción de la ciudad».

La expresión del ministro aludió a la nula respuesta que el gobierno de Javier Milei le dio a Bahía Blanca en diciembre de 2023, a solo una semana de haber asumido al cargo. El presidente viajó hasta allí con Bullrich y el ministro Luis Petri (ambos vestidos con ropa militar) solo para decir que estaba enterado de lo ocurrido (hubo 13 muertos) y que no ayudaría en nada.

“Estoy perfectamente confiado en que ustedes van a poder resolver esta situación» con «los recursos existentes», dijo el jefe de Estado frente al gobernador Axel Kicillof y el intendente local, Federico Susbielle.

Esta vez, frente a la dimensión y visibilidad que dejó el temporal de viento y 260 milímetros de lluvia, la Casa Rosada tuvo otra reacción.

Las redes sociales son el terreno preferido de la administración nacional para enterarse de la realidad, son miles los mensajes, cientos los pedidos de ayuda y decenas los videos que registran las consecuencias: viviendas y hospitales inundados, calles anegadas, autos flotando, corte total de los servicios y emergencias de distinta índole.

El viernes 28 de febrero, en la víspera de un fin de semana largo, decenas de trabajadores de la Dirección Nacional de Emergencias fueron despidos vía correo electrónico. Sandra Pettovello daba por cerrado el único organismo encargado de enfrentar catástrofes.

A los pocos días, los cesanteados se movilizaron hasta el Ministerio de Capital Humano para alertar sobre las consecuencias de este nuevo ajuste, sobre todo en un contexto de cada vez más graves fenómenos climáticos producto del cambio climático.

Por desgracia, no pasó una semana de aquel reclamo para que la naturaleza les diera la razón: intensas lluvias acaban de sacudir la provincia de Buenos Aires y en particular, Bahía Blanca.

El trasfondo de este nuevo recorte se inscribe en la política de ajuste impulsada por el gobierno de Javier Milei, que desde su asunción despidió a más de 30 mil estatales y desmanteló áreas clave del Estado.

La Dirección Nacional de Emergencias tenía un rol crucial en la coordinación y gestión de crisis en Argentina. En las últimas décadas, este organismo fue protagonista en la respuesta a eventos que marcaron a fuego la memoria colectiva: las inundaciones de Santa Fe en 2003, que dejaron un saldo de miles de evacuados; el alud de Tartagal en 2009, con decenas de víctimas fatales; y la erupción del volcán Puyehue en 2011, cuya nube de cenizas paralizó el sur del país.

Exfuncionarios, como un exdirector que colaboró con gestiones de Alicia Kirchner y Sergio Berni, han destacado en redes sociales la importancia de la Dirección en estas emergencias, subrayando su capacidad para articular recursos y salvar vidas.

En las calles y en las redes, la indignación crece y abundan posteos en redes señalando que “desmantelar lo que funciona no es ajuste, es desidia”. En el caso de la Dirección Nacional de Emergencias podríamos decir mucho más que eso, pero por decoro sólo diremos que –cuando menos- es inhumano e insensible.

Ni el repunte de la inflación ni las actuaciones por la historieta del memecoin acelerarán en forma decisiva el reloj de Milei. Solo la movilización popular en las calles por la acentuación de su incipiente pérdida de aceptación colectiva podrían lograrlo.

Cristina dijo que tuvo la impresión de que el presidente Milei dio vuelta “el reloj de arena”. Todos entienden esa metáfora. Me hizo recordar el cuadro célebre de Dalí sobre los relojes blandos. ¿Eso quiere decir que comenzó el tiempo de descuento? Está por verse y depende de demasiadas cosas que es muy difícil discernir.

Para terminar, es muy complejo encontrar una respuesta que sostenga una realidad que tiene a los argentinos acorralados.

En lo que a mi concierne ni el repunte de la inflación, ni las actuaciones legales aquí y en Estados Unidos por la historieta del memecoin, ni la introducción de uno o dos jueces por la ventana de la Corte Suprema de Justicia, ni el decretazo tendiente a ocultar las condiciones del nuevo endeudamiento con el Fondo Monetario, nada parece capaz de acelerar en forma decisiva el reloj de Milei. Tampoco parece posible, ni deseable, un juicio político que colocara al frente del gobierno a Victoria Villarruel.

La movilización popular en las calles, podría ser la salida y claro, el miércoles podría darse un puntapié donde los hinchas de futbol estarán presentes en la marcha de los jubilados.

Bahía blanca esta bajo el agua y el gobierno apenas da una mínima imagen de que puede interesarle el problema. Hay un oleaje que avanza y los argentinos ya tienen el agua al cuello, a lo mejor esta fuerte corriente tambien rompe los muros de la insensibilidad del gobierno y claro algo comience a cambiar en esta patria tan dañada.