El proceso judicial que lo tenía en el centro de la investigación por presunta instigación al ataque del Congreso fue desestimado por la jueza, tras un pedido del Departamento de Justicia.
Luego de su triunfo en las elecciones de EEUU, Donald Trump ya tiene un nuevo motivo para festejar. Este lunes, la Justicia del Distrito Columbia cerró la causa en la que se lo investigaba por injerencia electoral y el asalto al Capitolio.
La decisión fue tomada por la jueza federal de DC, Tanya Chutkan, a pedido del fiscal federal Jack Smith, en lo que representa una vieja costumbre del Departamento de Justicia de desestimar los procesos judiciales para los mandatarios estadounidenses en funciones. El republicano asumirá el 20 de enero.
Donald Trump y los procesos judiciales en su contra
Durante la campaña electoral, Trump no escatimó críticas para con el fiscal Smith. Además, adelantó que en su primer día como presidente despedirá al letrado estatal y ordenará cerrar todos los casos en su contra, dado que, según dice, está bajo una «persecución política».
En mayo pasado, el republciano se convirtió en el primer y único expresidente estadounidense en ser condenado penalmente por la Justicia. Un jurado de Nueva York lo halló culpable de alterar documentos para cubrir los pagos irregulares que le realizó a la actriz porno Stormy Daniells para comprar su silencio y tapar así una aventura sexual entre ambos.
La semana pasada, el juez del caso, Juan Merchan, ordenó aplazar la sentencia que iba a tener lugar este 26 de noviembre sin anunciar una nueva fecha. En paralelo, pidió a los fiscales y a los abogados del mandatario electo que presenten propuestas para coordinar los pasos a seguir ahora que el condenado es el futuro presidente.
Los defensores de Trump piden que el magistrado desestime por completo el caso, pese a la condena del jurado. En tanto que la fiscalía propuso posponer sin fecha la sentencia, lo que podría derivar en una dilación de cuatro años.
En Georgia, el futuro presidente estadounidense enfrenta otro proceso judicial por intentar anular su derrota electoral en las elecciones del 2020. Allí, al igual que lo que ocurre en Nueva York, el magnate y sus abogados no tienen la posibilidad de interferir en el proceso desestimando el caso. Será la Justicia la que deba decidir qué camino tomar ahora que en el banquillo de los acusados estará sentada la máxima autoridad del país.
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