Con goles de Julián Álvarez y Lionel Messi -el primero de su cosecha en el torneo-, la Scaloneta derrotó a Canadá 2-0 y el domingo jugará la final de la Copa América en Miami ante el ganador de Colombia y Uruguay.
Una vez más la Selección Argentina está en una final de un torneo de primer nivel. Tras vencer a Canadá por 2-0 en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, el conjunto albiceleste arribó al encuentro decisivo de la Copa América en el que se medirá con el vencedor del encuentro entre Uruguay y Colombia, que se medirán este miércoles en Charlotte.
Julián Álvarez, en la primera mitad, y Lionel Messi, marcando su primer gol en el torneo en el segundo tiempo, le dieron la victoria al representativo nacional, que por momentos jugó su fútbol más atildado en lo que va del certamen continental. Todavía le falta explotar un poco más, pero si lo hace el domingo, mucho mejor.
Un gran partido de Rodrigo De Paul, la figura del partido, y también un muy buen trabajo de Gonzalo Montiel, sacando una luz de diferencia sobre Nahuel Molina para quedarse con el lateral derecho en la final, fue lo más destacado de un equipo que recién en el cierre de cada etapa pasó algún sobresalto.
A la Scaloneta le costó destrabar el partido, no le encontraba la vuelta a Canadá. Impensadamente, porque no aprovechaba las falencias que había mostrado el conjunto norteamericano en el partido inaugural. Durante los primeros 20 minutos cayó en la misma telaraña defensiva que tejió el rival en auqella ocasión. Y sufría en las contras. No mucho, pero sufría.
Pocas veces probaron atacar por el flanco izquierdo con Nicolás Tagliafico, donde los canadienses habían sido heridos por cada escalada de Marcos Acuña en aquel primer encuentro. Y tampoco probaron con pases largos a los centrales, que son muy flojos.
Por eso, la única llegada hasta los 20 minutos había sido un disparo bajo de fuera del área de Lionel Messi tras pase de Ángel Di María, que se fue cerca del palo.
Recién a los 22, Rodrigo de Paul vio la luz. Tomó la pelota en mitad de cancha y sacó un pelotazo largo para Julián Álvarez que no tuvo problemas en superar a los centrales para enfrentar mano a mano al arquero rival y poner el 1-0 con un disparo bajo. Una receta simple que dio resultados.
Y generó alguna chance más la Selección, como una de Di María que le pegó bombeado de derecha a izquierda con pierna zurda, pero la pelota se le fue muy abierta. Además hubo un derechazo de Messi dentro del área que se fue pegado al poste.
Del otro lado, en el descuento, Dibu Martínez salvó ante Jonathan David, tras una acción de lateral que desnudó cierta fragilidad de la defensa albiceleste en el certamen, más allá que haya recibido tan solo un gol hasta el inicio de la semifinal.
En el inicio del complemento Argentina aprovechó mejor los espacios, con un buen despliegue de De Paul, más velocidad de pelota y más profundidad.
Y a los 7, tras una gran maniobra del volante del Atlético de Madrid y un despeje corto, la pelota le quedó a Enzo Fernández quien buscó el arco y la pelota en su camino encontró el desvío de Messi, quien marcó su primer gol en el certamen y puso el 2-0.
Y Argentina empezó a jugar sus mejores minutos en esta Copa América. Pudo aumentar a los 15, cuando Julián bajó una pelota perfecta de Di María pero esta vez perdió en el mano a mano con el guardavalla canadiense.
Después llegó el tiempo de las variantes, de dormir el encuentro -De Paul es un especialista- y de celebrar un triunfo que deja al equipo albiceleste en su segunda final consecutiva en una Copa América. Y de pasar un par de sustos en el cierre por esa manía de arriesgar sin sentido al salir de campo propio.
Ahora viene el partido más difícil, ante el rival más complicado del torneo, gane quien gane entre Uruguay y Colombia este miércoles. Será una prueba de fuego para un equipo cuya llama no se extingue. El hambre de triunfo sigue vigente y se expresará una vez más en Miami el próximo domingo.
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