El fallido anuncio del miércoles disparó el castigo del mercado. Las razones del ministro para no hacer los ajustes que necesita el plan.
Algo pasó entre el jueves y el viernes que sólo Toto Caputo sabe. El ministro de Economía iba a anunciar una baja de diez puntos del impuesto país y una devaluación compensada de la misma magnitud, Pero nada de esto ocurrió.
En una conferencia convocada de apuro el ministro se limitó a anunciar un canje forzado de títulos en manos de los bancos y a partir de ahí se disparó el castigo de los mercados, que esperaban que el ministro hiciera las correcciones evidentes que necesita el frente monetario-cambiario, ante el atraso del dólar que explica la renuncia del campo a liquidar.
«No quiere devaluar», es la explicación más simple ante el freno de último minuto que Caputo le puso a medidas que todos los economistas afines al Gobierno descontaban, como explicó Domingo Cavallo en su último posteo. El ex ministro se sumó a un largo coro de economistas ortodoxos que vienen subiendo el tono en sus críticas a Caputo y Milei.
Con el diario del día después, la conferencia de Caputo y Santiago Bausili fue una foto perdedora. Desde el viernes negro los dólares financieros y el blue se dispararon, la brecha cambiaria ya está cerca del 60%, el Central no logra sumar reservas y el riesgo país coquetea con los 1600 puntos. Esta situación aleja en lugar de acercar el momento de levantar el cepo y normalizar el frente cambiario. Pero Caputo se empeña en sostener una devaluación mensual del 2%, que hasta el FMI considera inconsistente.
«No habrá devaluación de la moneda y nada asusta», fue el textual de Javier Milei en la reunión con el pleno del gabinete ampliado. «Es la típica volatilidad que se produce frente a un escenario de excesivas ganancias de estos meses», argumentaron.
«El mercado no es libertario, el mercado solo quiere ganar plata», intentó elaborar un funcionario del gobierno, para explicar el malhumor del mercado.
En el Palacio de Hacienda sostienen que no hay fundamentos macroeconómicos para acelerar la devaluación. El argumento es que el nuevo récord que marcaron las cotizaciones de los dólares paralelos es nominal. «Es como reconocer un dólar a $2500 si consideramos la inflación. No es cierto que valga eso», afirmó una fuente de Economía.
En rigor entre lunes y martes se vieron fuertes flujos de pesos ir hacia fondos dólar linked. En junio, dichos fondos cerraron con suscripciones netas positivas por primera vez desde noviembre de 2023. Esto implica que el mercado se prepara para un salto cambiario.
A partir de estos datos, y considerando el plus de liquidez por el pago de aguinaldos, el equipo de económico evalúa por estas horas la magnitud de una suba de tasas que vuelva atractivo los pesos, que resuciten los depósitos a plazo fijo para desalentar coberturas dolarizadas.
La sucesión de escenas remite al 2017. En septiembre de ese año en plena sangría de divisas, el entonces presidente de Banco Central, Federico Sturzenegger, se vio obligado a elevar la tasa al 80% anual contra una inflación de un dígito. El economista del MIT terminó eyectado pocos meses después y Caputo lo reemplazó.
Es curioso como los actores se repiten. Ahora es Sturzenegger quien amenaza la continuidad de Caputo, esta vez en el Palacio de Hacienda.
El dato insoslayable que enciende al mercado es que junio termino con reservas en rojo, en plena temporada alta de liquidación de la cosecha gruesa, cuando lo usual es que la autoridad monetaria embolse unos USD 2.500 millones durante el mes. Pero el campo se resiste a liquidar a este valor del dólar.
Para Martin Rapetti, Caputo esta en modo «siga, siga». El director de la consultora Equilibra lamentó en su último informe la postergación de las medidas: «La preocupación que genera el esquema cambiario demandaba definiciones en alguno de estos tres puntos clave: 1) eliminación del Blend para aumentar oferta en el mercado oficial 2) alguna modificación en la regla del 2% mensual para corregir el atrasado tendencial del cambio oficial 3) alguna señal mas clara respecto a la hoja de ruta para levantar el Cepo».
La pregunta del millón es porqué Caputo frenó en el último minuto, cuando todo el mercado y la política daba por descontadas las medidas. Un paso atrás que entre este lunes y martes encendió las críticas de Domingo Cavallo, Fausto Spotorno, Orlando Ferreres, Carlos Rodriguez y Roberto Cachanovsky. Quienes alertaron sobre los riesgos básicos que entraña el inmovilismo de Caputo hacia adelante: mayor pérdida de reservas y una devaluación hecha y derecha, no ya el ajuste del 10% compensado.
Una explicación que circula en el mercado es que el límite es político y lo traza Santiago Caputo, verdadero jefe de su primo Toto. «El que baja la línea es Santiago, pero si Toto no devalúa y elimina el blend, esta liquidado. Mientras tanto Sturzenegger está elongando y pronto ingresará al gabinete», afirmó una fuente de Wall Street.
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