Por primera vez, el mandatario reconoció sus problemas internos con la vicepresidenta, luego del fracaso del DNU en el Congreso.
Milei admitió que “no pensamos exactamente igual», aunque consideró que “nuestras diferencias son imperceptibles para la gente”, y agregó: “Nosotros tenemos una excelente relación. Yo no me metí en opinar sobre si correspondía o no. Ese es el trabajo de ella. Habrá hecho la evaluación de costo o beneficio”.
“¿Quién soy yo para meterme en el trabajo de ella?”, preguntó. “El martes nos volvemos a juntar que tenemos reunión de Gabinete”, comentó el libertario.
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