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Santiago Caputo amenazó con hacer caer la sesión si no votan el capítulo de las privatizaciones

Los libertarios preferirían detonar la ley ómnibus antes que modificar esos artículos. La UCR y Pichetto apuestan a desflecar el proyecto por dentro.

 Javier Milei consiguió que los bloques aliados se comprometieran a darle quórum al inicio de la sesión prevista para este miércoles, pero el oficialismo se estremece ante la posibilidad de que la oposición le voltee o modifique sustancialmente los artículos referidos a las privatizaciones. 

Ante ese escenario, el asesor estrella del primer mandatario, Santiago Caputo, habría amagado con hacer caer la sesión antes que conceder cambios en los artículos que promueven la venta de empresas públicas.

La frase que se le atribuye en sectores de la oposición a Caputo es: «No estamos dispuestos a negociar este tema y, antes que lo voten en contra, preferimos que no se trate nada». La información fue confirmada a este medio por el bloque Hacemos Coalición Federal (HCF), liderado por Miguel Pichetto, y da cuenta de que el gobierno transita la previa de la sesión con suma preocupación.

Para nerviosismo de los libertarios, las bancadas de la UCR y HCF anunciaron que acompañarán la ley ómnibus en general y dejaron trascender que la votación no está cerrada cuando se trate cada artículo en particular. Mucho menos, los referidos a privatizaciones. «No tengo la menor idea de eso (en referencia al supuesto apriete de Caputo) pero esos son los puntos 7 y 8 de nuestras disidencias, y vamos a pedir en recinto que se hagan las modificaciones. Si no lo hacen, no sé con qué votos va a salir», explicó un diputado radical.

Otro correligionario negó que se unificara la posición del bloque por la maniobra del gobierno contra el pago del salario a docentes universitarios, y planteó que «se sale a mostrar que se va a votar la ley pero hay algo detrás». «Al gobierno no le sirve la ley vacía, a nosotros, sí. Porque lo dejamos sin enemigo», argumentó.

En ese sentido, reveló que la estrategia del partido centenario sería desmarcarse de las acusaciones que el propio Presidente dedica a los legisladores que reclamaron cambios en la iniciativa parlamentaria durante la discusión en comisiones. «¿A quién le van a echar la culpa en marzo, con la ley sancionada?», pregunta el diputado dando por sentado que Milei no tendría excusas cuando la crisis económica y social se le venga encima.

Bajo esa perspectiva, la estrategia de esos diputados sería desflecarle el proyecto a Milei. «Van a sesionar y se lo van a reventar por dentro», adelantó una fuente al tanto de las conversaciones.

A diferencia de la postura del PRO, que desde el principio definió su apoyo monolítico a la ley en general y en particular, en la UCR y HCF pesan las heterogeneidades. De hecho, tanto Pichetto como Rodrigo De Loredo admitieron que hay disidencias al interior de sus bancadas.

Para el caso de las decenas de empresas que el gobierno quiere privatizar, podría especularse que 10 radicales, los del grupo que responde a Facundo Manes, votarían contra la venta de empresas públicas, al igual que los dos socialistas santafecinos, Margarita Stolbizer y un puñado de pichettistas, además de los dos santacruceños, Sergio Acevedo y José Garrido. Esa merma de apoyos se restaría de los 135 que darían quórum, si es que efectivamente se cumple el compromiso de los jefes de bloque aliados, y se sumarían a los 104 del kirchnerismo y la izquierda, que se mantienen en una postura de rechazo férreo.

Hasta donde supo LPO, los diputados de La Libertad Avanza (LLA) llegan a esta instancia sin demasiada seguridad sobre el desarrollo de la sesión. Aunque tuvieron reunión de bloque el último lunes y este martes hubo labor parlamentaria, el oficialismo decidió que los legisladores se junten otra vez este miércoles, antes que empiece a sonar la chicharra en el recinto. «Hay muchos cabos sueltos», admitieron desde un despacho libertario.

Esa incertidumbre acaso acredita la sospecha de que la oposición, desde el peronismo y la izquierda a los aliados, puede tenderle una trampa a LLA. «Aparentemente, hay quórum y, aparentemente, están los votos para aprobar la ley», decía en la tarde del martes una fuente de LLA.